Se trata de Cristian Tripi, líder de una banda narco que opera en Parque Oeste en la ciudad de Rosario.
Este viernes en la noche, en la previa del partido de fútbol que se disputó en el estadio Marcelo Bielsa, donde se enfrentó Newell´s Old Boys con Estudiantes de la Plata y en el marco del programa “Tribuna Segura”, lograron la detención de Cristian Hernán Trippi, un peligroso prófugo miembro que lidera el “Clan Tripi” cuya base de operaciones es el Fonavi de Parque Oeste.
La captura se realizó en las inmediaciones de la cancha de Newell’s Old Boys, en la ciudad de Rosario, en la previa al partido contra Estudiantes de La Plata.
Fuentes de la cartera de seguridad manifestaron que buscaban intensamente a Tripi por sus vínculos con el narcotráfico, siendo líder de una banda narcocriminal de alta peligrosidad y teniendo pedido de captura.
Cae el líder del paravalanchas rojinegro
En un nuevo capítulo de la violencia en el fútbol argentino, la Justicia de Rosario asestó un duro golpe a la barra brava de Newell’s Old Boys.
En un operativo de gran envergadura, se produjo la detención de Luciano Gallardo, considerado el líder actual de la facción más poderosa del paravalanchas rojinegro, junto a otras figuras clave de la organización.
Entre los detenidos se encuentra también Leandro “Pollo” Vinardi, quien se encontraba cumpliendo condena en el penal de Ezeiza, su pareja Sabrina Ivana Barrias y el hijo de esta, Emir Rodríguez. Todos ellos están acusados de ser los autores intelectuales y materiales de una reciente balacera contra una dirigente del club.
La investigación reveló una profunda disputa interna dentro de la barra brava de Newell’s, con dos facciones enfrentadas por el control del poder.
Por un lado, se encuentra la facción liderada por “Lucho” Gallardo, que ha sido señalada como responsable de la balacera.
Por otro lado, existe una facción disidente encabezada por Alejandro Ficcadenti, quien también ha sido imputado por amenazas contra el futbolista Ángel Di María.
Las autoridades judiciales aseguran que cuentan con pruebas contundentes que vinculan a los detenidos con los hechos investigados, entre ellas escuchas telefónicas y testimonios de testigos. Además, se ha determinado que la víctima de la balacera había mantenido conversaciones con ambas facciones, lo que la convierte en un blanco fácil para las represalias.
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