El local comercial con más de 70 años de servicio al rosarino, ubicado en Córdoba y Corrientes decidió bajar definitivamente la persiana.
La icónica librería Scarabino cerró sus puertas el pasado 1 de julio tras más de 70 años de historia en su local emblemático en calle Córdoba, casi esquina Corrientes. Este cierre marca el fin de un negocio que ha pasado por tres generaciones. La elevada tarifa de los servicios y los problemas con las entregas de productos, junto con el avance constante de las nuevas tecnologías que atentan contra la industria gráfica, son las principales razones del cierre definitivo.
La librería habría cumplido 71 años el 7 de octubre. El negocio fue fundado originalmente por el padre de Pablo Scarabino, ex presidente de Rosario Central. Después de su fallecimiento en 2013, su esposa y sus dos hijos continuaron con el negocio.
Scarabino era la última librería de este tipo en Rosario en un corredor comercial de tiendas de ropa, zapatos y accesorios de cuero. Contaba con una clientela fiel y ofrecía una gran variedad de productos importados que no se encontraban en otros lugares, como muchas revistas europeas.
“Los altísimos gastos de luz, API, TGI y agua también influyeron en la decisión”, según declararon los propietarios.
Si bien Scarabino ha mantenido presencia en las redes sociales, tras el cierre de su tienda principal han reubicado el negocio en una estructura mucho más pequeña en un kiosco ubicado en la esquina de Rioja y Corrientes. “El lugar anterior estuvo abandonado durante cuatro años después de que su dueño se jubilara. Ahora nosotros seguimos con la tradición”, explica Leonardo Scarabino, miembro de la cuarta generación.
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