Trabajadores del puente Rosario-Victoria reclaman certezas sobre la concesión que vence en pocos días y advierten sobre riesgos para la seguridad vial.

A pocos días de que finalice la concesión del puente Rosario-Victoria, los trabajadores de la empresa Camino Río de Uruguay (Crusa) iniciaron una protesta levantando las barreras del peaje de manera indefinida. Exigen respuestas oficiales ante la incertidumbre laboral que enfrentan.
El próximo 8 de abril vence el contrato de Crusa, lo que podría dejar sin empleo a unos 500 trabajadores que dependen de la concesionaria. Muchos llevan más de 20 años en la empresa y denuncian que, además de perder sus puestos, no recibirían las indemnizaciones correspondientes.
Delegados gremiales anunciaron que viajarán a Zárate para unirse a compañeros de otras rutas concesionadas y visibilizar el conflicto. Además del reclamo salarial, advierten sobre el impacto en la seguridad vial. Señalan que el mantenimiento de la ruta, la asistencia en casos de niebla y el control ante accidentes con fauna quedarían desatendidos si no se define una nueva administración.
El tramo afectado abarca 60 kilómetros y 13 puentes sobre el humedal. La incertidumbre sobre su gestión preocupa tanto a los trabajadores como a organizaciones ambientales. En este contexto, la ONG Mundo Aparte presentó una medida cautelar para que la nueva concesión incluya un pasafauna. Este paso permitiría que los animales crucen sin ser atropellados, reduciendo el riesgo de accidentes viales.
Los trabajadores insisten en que la responsabilidad recae en Vialidad Nacional y en el gobierno, que aún no comunicó cómo se manejará la ruta tras el vencimiento del contrato. Mientras esperan definiciones, continúan con la protesta y advierten que, de no recibir respuestas, podrían intensificar las medidas en los próximos días.
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