La batalla legal entre la cantante y la hacienda española continúa. La colombiana se enfrenta a una demanda por evasión de 14,5 millones de euros.
Shakira sigue siendo el foco de atención mediática desde la difícil separación de Gerard Piqué el año pasado. Y ahora, tiene que enfrentarse a algo mucho más delicado: el juicio con el fisco, donde le exigen más de 8 años de cárcel y casi 24 millones de euros por seis presuntos delitos contra la Agencia Tributaria. La cantante colombiana está muy convencida de su inocencia y esto se puede comprobar en su declaración en la Corte.
Shakira se presentó ante la jueza en una audiencia que duró cerca de 80 minutos e intentó persuadirla de que recién en 2015 fijó su residencia en Barcelona. Es que la Fiscalía sostiene que la artista ya se encontraba asentada en España entre los años 2011 y 2014, sin cumplir con sus obligaciones impositivas.
La vocalista afirma que este pleito ha provocado un daño irreparable a su carrera y por eso, desde que la contienda judicial se inició, ha tratado de convencer a los jueces de que no vivió de forma estable en España hasta el año 2015, por lo que ese país no era su residencia fiscal.
En todo este proceso, la artista barranquillera no ha podido evitar hablar de su ex marido y de proveer detalles de su relación que no dejarían bien parado al deportista. Shakira ha relatado aspectos de su vida en el pasado: “Era una nómada, una persona sin raíces ni estabilidad. He viajado a un ritmo tan intenso que he llegado a estar en tres países en un mismo día. Es uno de los precios más altos que he tenido que pagar por mi carrera”, afirmó.
Finalmente la cantante argumentó que el desconocimiento de su relación con Piqué fue la causa por la que no se estableció fiscalmente en la ciudad de Barcelona: “Cómo iba a sacrificarlo todo por un chico al que estaba conociendo? Nuestra relación era muy turbulenta, porque nuestras vidas profesionales no compaginaban, era como juntar agua y aceite. Yo era una trotamundos y él tenía que cumplir un horario”.
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