Esta vez, atentaron contra una capilla y un comedor.
Nuevamente las balas se hicieron presente en un barrio franqueado por el narcotráfico y ya ni las fuerzas federales pueden dar pelea.
En horas de la tarde del jueves, sicarios que se desplazaban a bordo de un automóvil color azul, llegaron hasta Puelches al 100, (Casilda y Humberto Primo) donde funciona la Capilla Santa Rita y durante los mediodía un comedor comunitario y descargaron una lluvia de balas contra la fachada.
Si bien no se registraron heridos, de la escena recogieron vainas servidas y contabilizaron daños materiales en aberturas y mamposterías.
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