Santo Tomé batió un récord con el choripán más largo del mundo, en un evento que unió a la comunidad y proyecta una gran fiesta para 2025.

Los vecinos de Santo Tomé lograron una meta ambiciosa: cocinar el choripán más largo del mundo. La jornada, realizada en el paseo Alberdi, combinó sabor, trabajo colectivo y entusiasmo popular. El resultado fue un choripán de 270,70 metros, que superó el récord anterior de una comunidad chilena. Germán Neder, chef a cargo de la organización, destacó la colaboración de la comunidad como clave del éxito.
El choripán se sirvió con tomate, lechuga y aderezos clásicos como chimichurri, mayonesa y salsa criolla. Algunos optaron por porciones enteras, otros por el tradicional corte “mariposa”. La degustación incluyó también sánguches con vacío y costillar, en un ambiente festivo y familiar. Entre los colaboradores se destacó una panadería local, que donó 120 metros de pan, y decenas de vecinos que ayudaron en la logística.
El evento atrajo autoridades como el intendente Miguel Weiss Ackerley y el senador Julio Garibaldi, quienes destacaron su valor comunitario. Ambos subrayaron el impacto en la economía local y el turismo, y señalaron que esta celebración podría repetirse como una fiesta provincial o nacional.
Los preparativos incluyeron la participación de scouts y escribanos. Indiana Belgradi certificó la medición del choripán, mientras los voluntarios marcaron cada tramo de 50 metros. Uno de los organizadores adelantó que buscarán el reconocimiento oficial del récord Guinness el próximo año.
Vecinos como Silvia, Marcelo y Alejandra compartieron su orgullo por la iniciativa. Para muchos, este logro trasciende lo gastronómico y proyecta a “Santoto” como destino turístico. La propuesta recibió atención nacional y encendió expectativas para futuras ediciones. Con compromiso y creatividad, Santo Tomé convirtió una tradición popular en un símbolo de unidad y celebración colectiva.
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