Renunció el juez federal Marcelo Bailaque, impidiendo que avance su destitución en el Consejo por graves vínculos con el narcotráfico.
Marcelo Bailaque renunció a su cargo como juez federal de Rosario mediante una carta dirigida al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. El documento también se elevó al presidente Javier Milei. Con este paso, evitó una posible destitución ya iniciada en el Consejo de la Magistratura. Además, pierde los fueros y queda expuesto a cumplir prisión preventiva en su domicilio.
La diputada Leonella Cattalini, quien había impulsado una denuncia penal, lo acusó de vínculos con el presunto contador del narcotraficante Esteban Lindor Alvarado. Según expresó, la renuncia confirma las sospechas sobre una red de corrupción con participación de funcionarios judiciales. A su entender, Bailaque abandonó su cargo al asumir, de manera implícita, una responsabilidad que no quiso enfrentar en un proceso institucional.
Cattalini criticó la demora del Consejo de la Magistratura, que no actuó con la rapidez esperada. Subrayó que el ahora exjuez usó su poder para fines opuestos a su función y que su salida ocurre cuando ya no puede evitar la pérdida de privilegios legales.
El Poder Ejecutivo deberá aceptar la renuncia a partir del 1º de julio. Una vez oficializada, Bailaque quedará sujeto a la Justicia como cualquier ciudadano sin fueros. En ese marco, podría comenzar a cumplir una prisión preventiva bajo modalidad domiciliaria.
La diputada consideró que el reconocimiento de su implicación llega tarde, pero representa un paso clave en el camino hacia la transparencia institucional. Así, el caso reafirma la necesidad de actuar con celeridad frente a posibles abusos de poder en el ámbito judicial.
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