Marzo sangriento: Rosario a un año de los crímenes de los trabajadores

Los crímenes de trabajadores, entre ellos dos taxistas, un colectivero y un playero, fueron parte de un mensaje de bandas criminales.

Marzo sangriento: Rosario a un año de los crímenes de los trabajadores – (Foto: La Nación)

Se acaba de cumplir un año del comienzo de la saga de cuatro crímenes de trabajadores asesinados en sus puestos de trabajo. Se trató de una seguidilla de hechos que marcó a la ciudad para siempre. Para el gobierno provincial se trató de una represalia de bandas criminales por las condiciones de detención de sus líderes.

Los crímenes tuvieron cómo víctimas a los taxistas Héctor Figueroa y Diego Celentano. También al colectivero Marcos Daloia y al playero Bruno Bussanich. Luego de esos cuatro asesinatos a sangre fría, hubo un notorio descenso en los homicidios registrados en Rosario. 

En el transcurso de 2024, la Justicia provincial logró esclarecer parcialmente cómo se ejecutaron estos crímenes. Además fueron identificados tres menores como autores materiales de dos de los asesinatos. También otro joven de 17 años como organizador y ocho adultos que también participaron de la instigación y planificación de los ataques. 

Cerca de las 22.30 del 5 de marzo de 2024 el taxista Héctor Raúl Figueroa, de 43 años, levantó a un adolescente en Uriburu y Oroño. De allí debían dirigirse a Flammarión al 5100. Al llegar a destino, otro joven apareció a pie y comenzó a disparar contra el chofer. Fueron nueve balazos contra el hombre que murió en el acto por más de 15 heridas en distintas partes del cuerpo. Por su parte, el pasajero se bajó del vehículo y escapó a las corridas junto al sicario.

Cabe destacar que el asesinato de Figueroa había sido el tercer taxista en menos de un mes y ninguno de esos casos había ocurrido en ocasión de robo

El escenario se agravó la noche siguiente cuando otro taxista, Diego Alejandro Celentano, de 43 años, fue asesinado a tiros. Fue en manos de un pasajero en la intersección de Alvear y Garmendia. Pocas horas después los investigadores descubrieron que ambos taxistas habían sido ejecutados con la misma arma y con balas que pertenecen a la Policía de Santa Fe. 

Además se trató del mismo elemento con el que horas más tarde, fue atacada a tiros la comisaría 15ª de Sarmiento y Ameghino.

Marcos Daloia, de 39 años y colectivero,fue atacado a tiros mientras conducía la línea K por Mendoza y Méjico. Dos días después, a la mañana del sábado 9 de marzo, en un puente de Circunvalación apareció una bandera. La misma tenía un mensaje mafioso: “Pullaro y Coccocioni: se metieron con nuestros hijos y familiares. Van a seguir muertes de inocentes, taxistas, colectiveros, basureros y comerciantes”.

Horas después, cerca de las 23.30 Bruno Nicolás Bussanich, de 25 años, fue asesinado a tiros. Ocurrió mientras trabajaba como playero en la estación de servicio Puma de Mendoza al 7600. El crimen fue registrado por las cámaras de vigilancia del local. Además en el lugar del hecho apareció otro mensaje que confirmaba una represalia de bandas criminales al gobierno provincial.

Recordemos que en medio de los hechos la ciudad se paralizó y las calles de Rosario estuvieron prácticamente vacías. Además hubo paros de colectiveros, taxistas y estaciones de servicios.

Hay ocho personas imputadas y detenidas por participar directamente en la saga de los cuatro homicidios. Además hay cuatro adolescentes involucrados que quedaron a disposición de la Justicia de Menores. Para los investigadores los hechos fueron orquestados por dos células criminales con sus mandos en prisión. Una de ellas en la cárcel de Piñero y otra en una federal.

La perteneciente a la cárcel de Piñero, según los fiscales, estuvo dirigida por Alejandro “Chucky Monedita” Núñez. Se trata de un recluso que cumple condena por homicidio y está acusado de liderar una asociación ilícita vinculada al comercio de drogas. Según esta hipótesis Núñez fue quien, por medio de su pareja Brenda “Cote” Pared, envió órdenes al eslabón inferior conformado por jóvenes y menores de edad. Es importante mencionar que la mujer cumplía prisión domiciliaria en una causa por drogas. Y que además lo había visitado en tres oportunidades entre febrero y comienzos de abril.

La Justicia señaló a Axel Uriel Rodríguez, Gustavo Márquez, Joana Laura García, Macarena Muñoz, y su hermano de 17 años identificado como M.M como quienes se ocuparon de gestionar las directivas que Núñez hizo llegar desde la cárcel. Estos se valieron de la participación de dos chicos de 15 años y uno de 16 para ejecutar los asesinatos de los dos taxistas y el ataque a la comisaría 15ª.

Sobre la otra célula, coordinada desde una cárcel federal, no hay precisión acerca del presunto instigador. Lo que sí se sabe es que este grupo estuvo detrás de los asesinatos del colectivero Daloia, del playero Bussanich y de un ataque fallido contra otro chofer de colectivos. Sobre el crimen del playero se estableció que fue cometido por el menor DG, de 15 años. También señalado en la célula comandada por Chucky Monedita como autor de los homicidios de los taxistas.

Los autores materiales del crimen de Daloia, fueron los últimos detenidos. Axel Herrera de 19 años, que se entregó en julio luego de que sus familiares lo reconocieran en un video difundido por la Fiscalía. La Justicia lo imputó como ejecutor del ataque. Mientras que José Maturano fue detenido en noviembre en Buenos Aires. Maturano fue imputado como conductor de la moto en la que se movieron para cometer el crimen.

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