Los criminales detrás de los narco crímenes de marzo

El mes de marzo en Rosario se vio teñido de sangre, por el asesinato de 5 trabajadores en manos de criminales.

Los criminales detrás de los narco crímenes de marzo

Durante la jornada de ayer la jueza Paula Alvarez imputó y dictó la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley a cinco personas. Todas ellas están acusadas de haber participado de los crímenes ocurridos en la ciudad durante el mes pasado. Entre ellos el de los taxistas, Héctor Figueroa y Diego Celentano. Así como también el del chofer de la línea K, Marcos Daloia y el playero Bruno Bussanich.

La audiencia imputativa se llevó a cabo en el Centro de Justicia Penal. Allí se les atribuyó el haber instigado la balacera contra la comisaría 15ª. También, la tentativa de homicidio a un colectivero de la 122. Así como el despliegue de una bandera con una amenaza hacia el gobernador Maximiliano Pullaro desde un puente en el ingreso a Rosario.

De esta forma los fiscales Adrián Spelta, Patricio Saldutti y Francisco Carbone realizaron la acusación en caracter de coautores y participes. Ellos son: Chucky Monedita, Brenda Pared, Gustavo Márquez, Macarena Muñoz y a Axel Rodríguez. Además se señaló la participación y uso de varios menores de edad que son no punibles. Por tal motivo, la situación de todos ellos se tramita en el juzgado de Menores.

Actualmente hay dos nombres de conocidos criminales de la ciudad que giran en torno a esta causa. Por un lado el de Esteban Alvarado y por otro lado, el de Claudio Morocho Mansilla.

En 2007 Esteban Lindor Alvarado cayó cuando intentaba robar un Fiat Duna en Cochabamba al 800. Allí terminó condenado en esa causa provincial por robo de autos. En agosto de 2012 y señalado como socio del empresario Luis Medina, volvió a caer en prisión. Ambos estaban vinculados al narcotráfico y terminó condenado en Buenos Aires por liderar una banda dedicada a robar, desguazar y emponchar autos.

Mientras Alvarado estaba detenido en diciembre de 2013, su socio Medina fue ejecutado en compañía de su novia, Justina Pérez Castelli. Este se trató de un caso que lo tuvo bajo sospecha, aunque nunca fue imputado.

Desde 2017 Alvarado volvió a las calles de a poco, con transitorias. Tras conseguir la libertad condicional se lo ubicó desde fines de 2018 como protagonista de una investigación judicial de una banda delictiva mixta. Esto sucedió tras el asesinato del prestamista Lucio Maldonado. La banda estaba dedicada a la comisión de hechos violentos, dedicada a introducir en la economía legal ingresos con origen delictivo. Todo se daba a través de una red de empresas y prestanombres. Cabe destacar que varios de los nombres que surgieron de dicha investigación, sufrieron ataques armados y algunos de esos hechos terminaron en homicidio. 

En noviembre del 2019 el fiscal federal Guillermo Lega y la Procuraduría contra el Narcotráfico hicieron un pedido de indagatoria. El mismo era como organizador de transporte de marihuana. Y se dio tras analizar varias causas de las que surgen indicios sobre esa actividad ilegal. Esta investigación derivó en una causa por asociación ilícita. Allí se libró un pedido de captura para Alvarado, quien fue detenido en febrero de 2019, en un camping de la localidad cordobesa de Embalse Río Tercero. 

Tras un juicio oral Alvarado fue condenado el 3 de junio de 2022 a prisión perpetua. La sentencia se dio por una serie de homicidios, balaceras y también por liderar una asociación ilícita.

“Morocho” Mansilla se había fugado de Unidad Penal 11 de Piñero el 27 de junio de 2021 junto con otros siete internos. El escape del grupo se dio tras un golpe comando. Con el pasar de los días los evadidos fueron recapturados, excepto Mansilla.

Finalmente, el 17 de junio de 2022 dieron con él. Fue detenido por la Unidad Especial de Investigación de Crimen Organizado, en un trabajo conjunto con la Tropa de Operaciones Especiales. Lo encontraron en una vivienda de la denominada Zona Cero, con gran cantidad de dinero, armas, drogas, elementos de corte y balanzas.

Recordemos que en marzo de 2018, Morocho había salido de prisión. Lo hizo tras cumplir una pena a 17 años por intento de robo calificado y una causa federal unificada de 2013. Pero volvió a quedar en el radar, el 23 de septiembre de ese año. Allí se lo vinculó al asesinato de Kevin Nieri de 16 años y Leonel Bubacar de 18. Ambos jóvenes fueron acribillados en Lima al 2100, en barrio Bella Vista Oeste. Tras dos meses de búsqueda, Mansilla fue detenido en Capitán Bermúdez. El operativo se llevó a cabo en la casa de su pareja, Jésica Daniela “Fea” González. Un dato no menor es que en dicha vivienda la mujer cumplía prisión domiciliaria. La misma se daba en torno a una causa de asociación ilícita.

A Mansilla también se lo ligaba con Ramona “La Gringa” Ávalos. La mujer era ladera de René Ungaro, preso entre otras causas por la del crimen de Roberto “Pimpi” Caminos, ex jefe de la barra brava de Newell’s. Y se le atribuía liderar el narcomenudeo en barrio Santa Lucía y otros sectores de la zona oeste de la ciudad, en disputa con Pablo “Nico” Camino, un hombre vinculado a la banda de Los Monos. 

En agosto de 2022, los jueces del Tribunal Oral Federal Nº 3 sentenciaron a 12 años de cárcel a Mansilla por narcotráfico. Finalmente, en noviembre de 2023 Mansilla fue penado con prisión perpetua como jefe de asociación ilícita y homicidio, en el fuero provincial. Allí también se condenó a perpetua a uno de sus soldaditos, Ulises Nicolás Oviedo. Mientras que otro de ellos, Carlos Saúl “Carita” Gómez recibió una pena de 29 años. Además otras cuatro personas fueron condenadas como integrantes de la asociación ilícita. 

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