León XIV fue elegido nuevo papa y redefine el camino de la Iglesia, combinando una postura tradicional con desafíos contemporáneos.
León XIV emergió como una figura clave en la historia reciente de la Iglesia Católica. Tras dos días de deliberaciones, el cónclave lo eligió como el primer papa estadounidense, también con nacionalidad peruana. Su elección marcó un giro en el enfoque de la Iglesia, con una línea más conservadora en temas sociales. Sin embargo, mantuvo algunas prioridades de su antecesor, Francisco.
Desde el inicio, el papa se expresó en italiano y español, reafirmando su identidad multicultural. Llamó a la paz y la unidad global. Aunque León XIV mantiene una postura tradicional sobre la homosexualidad, mostró sensibilidad pastoral ante las diferentes realidades culturales. En África, por ejemplo, defendió la imposibilidad de aplicar las políticas del Vaticano sobre uniones del mismo sexo debido a normas locales que penalizan la homosexualidad.
En cuanto a los migrantes, León XIV reafirmó el compromiso de la Iglesia. Recordó su experiencia en Perú apoyando a venezolanos desplazados. Afirmó que migrar forma parte de la misión de Cristo y llamó a enfrentar con dignidad las políticas de exclusión.
Sobre la igualdad de género, el papa adoptó una visión conservadora. Rechazó la ordenación de mujeres, aunque valoró su aporte en la vida eclesial. Argumentó que clericalizarlas no resolvería el problema de fondo. Sin embargo, reconoció su liderazgo y mantuvo los avances de Francisco en roles administrativos y de votación.
También expresó su preocupación por el cambio climático. Subrayó que el daño ambiental afecta más a los pobres. En esa línea, pidió a la Iglesia una acción compasiva frente a esta crisis, que definió como social además de ecológica.
Con estos gestos, León XIV busca equilibrio entre tradición y continuidad, marcando el rumbo de una nueva etapa en la Iglesia Católica.
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