La escultura de una morsa a tamaño real, a la que se le aplicó la eutanasia el año pasado por motivos de seguridad pública, ha sido inaugurada en Oslo, la capital de Noruega. La obra ha sido financiada mediante una campaña en internet que recaudó US$ 25.000.
La artista Astri Tonoian, responsable de la estatua de bronce, espera que su obra sirva como una “lección de historia tridimensional” que cuestione el sistema en su conjunto y sensibilice sobre la manera en que las personas maltratan a la fauna salvaje y a otros seres humanos.
La morsa Freya se convirtió en una sensación en las redes sociales el año pasado, pero también en un peligro para los visitantes que se acercaban demasiado y le arrojaban objetos. Ante la falta de respuesta de las autoridades, la Dirección General de Pesca noruega decidió sacrificarla, lo que generó gran controversia en todo el país.
La escultura de la morsa Freya acurrucada de lado cerca de la orilla del agua se ha convertido en un monumento a la compleja relación entre los humanos y la naturaleza, y en una crítica a las decisiones tomadas por las autoridades en situaciones similares.
Comentarios