El periodista Evan Gershkovich del periódico estadounidense The Wall Street Journal ha sido detenido en Rusia acusado de espionaje. El Kremlin ha afirmado que el reportero fue detenido en flagrancia, mientras que el Wall Street Journal ha negado rotundamente las acusaciones en su contra y ha expresado su profunda preocupación por la seguridad del reportero.
El periodista se encontraba trabajando en Ekaterinburgo cuando fue detenido. El Ministerio de Exteriores ruso ha declarado que lo que estaba haciendo el periodista en Ekaterinburgo no tenía “nada que ver con el periodismo”. Según la experta en política rusa Tatyana Stanovaya, bajo la definición de espionaje del FSB, actividades típicas del periodismo, como recabar comentarios de expertos, podrían ser interpretadas como “recolección de información”.
La detención de periodistas en Rusia no es algo nuevo. Desde antes de la invasión de Ucrania, hacer reportería en Rusia se había vuelto cada vez más difícil. A los periodistas independientes se les empezó a llamar “agentes extranjeros” y expulsaron a la corresponsal de la BBC en Rusia. Además, se silenció, clausuró o bloqueó a casi todos los medios de noticias independientes, incluyendo grandes cadenas como TV Rain, Echo of Moscow y el periódico Novaya Gazeta. Muchos medios occidentales han decidido salir de Rusia desde entonces.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha llamado a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, transmitiéndole su “grave preocupación” por la detención. Rusia ha afirmado que está actuando de acuerdo con sus propias leyes, y el Ministerio de Asuntos Exteriores ha afirmado que “es inaceptable que funcionarios de Washington y los medios de comunicación occidentales monten un revuelo con la clara intención de dar a este caso un tinte político”.
En los últimos años, más estadounidenses han sido detenidos por gobiernos extranjeros por cargos que Estados Unidos considera falsos o politizados que por grupos terroristas o bandas criminales, según las autoridades estadounidenses y evaluaciones privadas. El último es el periodista del Wall Street Journal Evan Gershkovich, detenido la semana pasada por las autoridades rusas y acusado de espionaje.
Es importante tener en cuenta que los cargos de espionaje pueden ser muy amplios y mal definidos en algunos países, lo que permite a los gobiernos acusar a periodistas de actividades legítimas de reportaje. Por ejemplo, en Rusia, las autoridades pueden interpretar el recabar comentarios de expertos como “recolección de información”. Por lo tanto, es importante que los periodistas que trabajan en países donde la libertad de prensa puede ser limitada estén preparados para enfrentar situaciones como esta y tengan un plan de contingencia en caso de ser detenidos o acusados injustamente.
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