El jefe de Gabinete confirmó que ya iniciaron conversaciones con privados para la privatización de Aerolíneas Agentinas. La medida aún depende de la aprobación del Congreso.
En medio de tensiones con los gremios aeronáuticos por reclamos salariales, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, reveló que el Gobierno comenzó a negociar con empresas privadas interesadas en la privatización de Aerolíneas Argentinas. Si bien la ley vigente aún impide la venta de la aerolínea de bandera, Francos destacó que ya existen conversaciones avanzadas con compañías como Gol y JetSmart.
El funcionario señaló que la privatización de Aerolíneas es una prioridad para el presidente Javier Milei, quien busca concretar el traspaso lo antes posible. “Hay empresas interesadas en la adquisición, pero necesitamos la autorización del Congreso”, comentó Francos, quien aseguró que el Gobierno trabajará para evitar condiciones “imposibles” en el proceso de venta.
La crisis que atraviesa Aerolíneas, marcada por recurrentes paros, es el principal argumento del Ejecutivo para avanzar con la privatización. “Aerolíneas ha tenido históricamente dificultades. Los paros perjudican a los argentinos, y es hora de buscar alternativas”, enfatizó Francos.
Garantizar los vuelos
Ante la posibilidad de nuevos conflictos gremiales, el Gobierno ya planea habilitar a otras aerolíneas privadas para operar vuelos que actualmente realiza Aerolíneas Argentinas. Esta medida se discutió en una reunión entre Francos, el ministro de Economía Luis Caputo y el secretario de Transporte Franco Mogetta.
“Vamos a permitir que otras compañías tomen el control de algunos vuelos en caso de que se produzcan medidas de fuerza. No podemos permitir que un paro deje a miles de pasajeros sin volar y a empresas sin operar”, indicó Francos.
El jefe de Gabinete insistió en la necesidad de implementar cambios profundos en el sector: “La economía argentina no puede quedar a merced de decisiones gremiales. Estamos decididos a tomar todas las medidas necesarias para garantizar el funcionamiento del sistema aéreo”.
La privatización de Aerolíneas se perfila como una de las políticas más ambiciosas del Gobierno, aunque su éxito dependerá del respaldo legislativo y de la resistencia que presenten los gremios y sectores políticos opositores.
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