Según reveló el Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). Preocupa la tendencia de retracción en las ventas.
El retroceso interanual del consumo alcanzó el 3,5% en febrero, consolidando una preocupante tendencia descendente en el ámbito comercial del país, según datos del Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).
El IC, que mide la evolución del consumo de los hogares en bienes y servicios finales, arrojó además un incremento desestacionalizado del 1,5% en comparación con el mes anterior. Sin embargo, esto no logra compensar el marcado declive interanual. Esta situación se suma a una serie de informes previos que ya habían anticipado un panorama poco alentador para el consumo argentino.
La inflación, que continúa licuando el poder de compra de la población, es uno de los principales motores detrás de esta caída. A la pérdida real de poder adquisitivo se le suman recortes en asignaciones y subsidios. También los ajustes salariales por debajo de la inflación. Este conjunto de medidas merma la capacidad de consumo de las familias argentinas.
Contexto
Este panorama se inscribe en un contexto más amplio de ajuste fiscal, donde el gobierno busca equilibrar las cuentas públicas para evitar el financiamiento monetario y la inflación descontrolada.
La caída en febrero no solo refleja un problema a nivel microeconómico, sino que también tiene implicaciones a nivel macroeconómico. La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer índices de ventas de supermercados, mayoristas y shoppings correspondientes a enero, todos ellos en negativo. Esto pone en riesgo la recaudación fiscal y la estabilidad económica del país.
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