La Suprema Corte de Buenos Aires ordenó tramitar un amparo que permite a una mujer iniciar un proceso de muerte asistida.

En Buenos Aires, la Suprema Corte ordenó tramitar un amparo de una mujer con enfermedad incurable y progresiva, abriendo un nuevo capítulo en el debate sobre la muerte asistida. La demandante solicita asistencia médica para morir porque argumenta que una enfermedad degenerativa que sufre hace más de 20 años le genera dolores físicos, psíquicos y espirituales insoportables, afectando su dignidad.
En primera instancia, un juzgado de Moreno rechazó el pedido, citando leyes que protegen la vida y regulan cuidados paliativos y prevención del suicidio. La Cámara confirmó la decisión por la ausencia de base normativa para autorizar que un tercero intervenga. Sin embargo, la mujer apeló, aclarando que no busca que alguien le quite la vida, sino un apoyo aparentemente humanitario.
La Corte bonaerense revocó el rechazo y consideró que la negación inicial vulneró el acceso a la justicia. Los jueces reconocieron la tensión entre el derecho a la vida, la autonomía y la posibilidad de una muerte digna, y afirmaron que el amparo permite evaluar la situación constitucionalmente. También señalaron que la gravedad del caso exige analizar alternativas para evitar daños irreparables.
El fallo determina que el amparo seguirá su curso en un nuevo juzgado de primera instancia. Aclaró que esta decisión no equivale a un permiso automático para la práctica. Además, remarcó que corresponde al Congreso definir normas claras sobre eutanasia, con debates sociales y aportes de especialistas.
Finalmente, los magistrados advirtieron que la mujer, afiliada al PAMI, carece de atención integral y servicios médicos efectivos. Esta situación agrava su padecimiento y evidencia fallas en la protección de adultos mayores.



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