En los últimos meses numerosos anuncios de laboratorios promocionan suplementos en base a Magnesio y cada vez más personas los consumen.
Seguramente en los últimos meses te hayas topado con reiterativos anuncios publicitarios en la TV sobre los beneficios del Magnesio (y las diversas marcas que venden este mineral), como así también en publicidades gráficas en farmacias o en internet. Puede que se deba a alguna moda instalada por los laboratorios en base a la ley de oferta y demanda o bien por algunos estudios que respalden estadísticamente algún déficit real en un grupo de personas determinado.
Lo concreto es que los beneficios del Magnesio existen e incluso pueden verse en redes sociales publicaciones de personas que cada vez más aconsejan su consumo. Desde atletas que utilizan el suplemento para mejorar su rendimiento deportivo, hasta gente mayor que logra una mejor calidad de vida.
La fuente principal de obtención natural de los minerales son los alimentos que la naturaleza nos provee. Sin embargo, al momento de elegir un menú equilibrado, las cosas se complican. Aquí es cuando uno directamente acuse a la farmacia y a las píldoras de venta libre.
No obstante, los científicos advierten que es complejo determinar el nivel de déficit de Magnesio en una persona, pese a los síntomas que puede presentar. Los mismos pueden ser cansancio, desconcentración, fatiga permanente o insomnio, entre otros.
Este suplemento participa en más de 300 reacciones bioquímicas en nuestro organismo. Por lo que su ingesta es fundamental.
Beneficios del Magnesio
“Ayuda a mantener el funcionamiento normal de músculos y nervios, brinda soporte a un sistema inmunitario saludable, mantiene constantes los latidos del corazón y ayuda a que los huesos permanezcan fuertes. También ayuda a ajustar los niveles de glucosa en la sangre. Ayuda en la producción de energía y proteína”, indica el portal especializado Medline Plus.
No obstante, el camino natural para la incorporación de este nutriente puede encontrarse en alimentos como almendras y maníes, avena, cacao puro y espinacas. También en frutos secos y semillas, nueces y semillas de girasol.
Además, las legumbres como los porotos, lentejas, garbanzos y verduras de hojas verdes también son fuente de esta sustancia. Aunque todo dependerá de la capacidad de absorción de cada organismo para evaluar resultados.
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