El cuerpo del histórico jefe de la barrabrava de Rosario Central “Pillín” Bracamonte, fue trasladado en la noche de este lunes en medio de un intenso operativo, pero las versiones sobre su destino y los motivos de su retraso continúan generando especulaciones.
El crimen de Andrés “Pillín” Bracamonte, líder histórico de la barrabrava de Rosario Central, sigue siendo un misterio rodeado de medidas de seguridad extremas.
Este lunes, el traslado de su cuerpo desde el Instituto Médico Legal (IML) hacia su lugar de descanso final se transformó en un férreo operativo de seguridad, que hasta el momento no ha logrado esclarecer el destino final de sus restos.
Bracamonte, quien fuera ejecutado el sábado por la noche a escasos metros del estadio de Rosario Central, dejó detrás de sí no solo un legado de poder en la hinchada canalla, sino también una serie de especulaciones sobre el lugar y las circunstancias de su entierro.
El operativo de traslado, que comenzó minutos antes de las 22, se planificó con un alto nivel de secretismo. El vehículo que transportaba el cadáver salió de la morgue bajo fuerte custodia policial. Sin embargo, las autoridades no revelaron el destino del cortejo.
El traslado
Pasada la medianoche, trascendió que las autoridades habrían trasladado el cuerpo de Pillín Bracamonte al cementerio La Piedad. Sin embargo, aún quedaban dudas sobre si finalmente lo enterrarían allí o en otro lugar.
La ceremonia fue breve y restringida, con la presencia de un reducido grupo de familiares cercanos. Fuentes cercanas confirmaron que, por razones de seguridad, las autoridades no autorizaron la cremación de los restos de Bracamonte en un principio, ya que la justicia consideró que, al tratarse de una muerte violenta, podría requerirse otra autopsia.
Además, existe temor a posibles atentados. Por ello, el cuerpo quedó en depósito mientras esperan la cremación.
El crimen de Pillín Bracamonte, ocurrido el sábado a la noche en un ataque a quemarropa que también segó la vida de su mano derecha, Daniel “Rana” Atardo, generó una ola de especulaciones sobre posibles represalias.
La violencia que caracterizó a la barra de Central durante más de dos décadas alcanzó su punto más alto con este asesinato, que encendió nuevamente las alertas de las fuerzas de seguridad.
El mismo lunes, los familiares y amigos de “Rana” Atardo lo enterraron sin mayores incidentes en el cementerio El Salvador. Mientras tanto, el cuerpo de Andrés Bracamonte permaneció en la morgue.
Aunque las autoridades habían planeado un operativo policial para trasladarlo al cementerio de Ovidio Lagos al 1800, suspendieron esta acción por razones de seguridad, lo que impidió que se llevara a cabo el entierro previsto.
Las autoridades no aclararon los motivos del retraso, lo que generó nuevas especulaciones sobre el lugar donde descansarán sus restos hasta que autoricen la cremación.
El destino final de Pillín Bracamonte, líder de la hinchada de Rosario Central, sigue siendo un misterio, con múltiples versiones sobre su entierro.
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