Las últimas cifras de la economía argentina presentan un panorama preocupante. Según el “Semáforo de Economías Regionales” elaborado por Coniagro, 14 de las 19 principales producciones del país están en crisis o muestran signos de precrisis.
Este indicador visual busca simplificar la complejidad de la producción agrícola, presentando de manera clara y concisa la situación económica de cada sector.
Impacto del clima y la economía
El semáforo de octubre muestra un único verde, cuatro amarillos y 14 rojos. Los datos indican que los volúmenes de producción y la superficie o stock estimado es menor que la campaña anterior en 16 actividades, principalmente debido al impacto de las condiciones climáticas adversas.
Las subas de precios al productor, que se han mantenido por encima de la inflación en los últimos meses, responden más a faltantes temporales que a causas de paridad internacional. Ejemplos de esto son los casos de la papa y los cítricos dulces como naranjas, mandarinas y pomelos.
Exportaciones y lechería
Por otro lado, las exportaciones se han recuperado en algunos mercados específicos, pero son menores en valor en 14 de las actividades, en comparación con los 12 meses de la campaña anterior. Esto se debe a la devaluación de fines de agosto y al cambio en los derechos de exportación en algunas economías regionales.
Uno de los sectores más afectados es el de la lechería, que ha estado en “rojo” desde mediados de 2022. Los precios al productor (promedio SIGLEA – sept $118,36) han crecido menos que la inflación (+113% vs +138,3%) en términos interanuales.
Además, los costos han crecido a lo largo de 2023 por encima de los precios, pero de manera dispar según el modelo de alimentación, el impacto de la sequía, la escala y la zona. En este contexto, los tambos más pequeños tienen costos por litro producido mayores a aquellos de mayor escala, y las cuencas con mayor disponibilidad de pasturas tienen también costos más reducidos.
Estrategias y perspectivas
A pesar de la situación desfavorable, la producción de leche muestra un volumen similar a nivel nacional, con una leve reducción en los últimos dos meses. Sin embargo, esta producción mayor no es un signo de expansión de la actividad, sino una respuesta a la crisis por la sequía.
El mercado de exportación, las importaciones y el volumen de consumo interno en litros equivalentes per cápita muestran un claro estancamiento, lo que no contribuye a una mejora en la situación de la actividad.
Frente a esta situación, algunas estrategias de supervivencia de los tambos incluyen la descapitalización y la venta de hacienda, lo que resulta un punto urgente e impostergable para resolver. Si le preguntamos a un tambero cooperativo, el semáforo no debería estar en rojo, sino más aún, en un bordó oscuro, o una categoría superior.
Redacción: RLC Noticias
