La Corte Suprema de Argentina decidió unánimemente que Ana María Figueroa, presidenta de la Cámara Federal de Casación, el máximo tribunal penal del país, “cesó en sus funciones”.
La resolución establece que Figueroa dejó de ser jueza a partir del 9 de agosto de este año, fecha en la que cumplió 75 años de edad. Además, la Corte dispuso poner en conocimiento del Consejo de la Magistratura esta decisión para que tome las medidas necesarias, lo que implica dejar de pagarle el sueldo como magistrada y abrir un concurso para su reemplazo.
También se ha derogado una resolución del propio Consejo de la Magistratura que establecía una especie de prórroga en la función después de los 75 años, a la espera de una definición del Senado sobre un pedido de reválida.
Los jueces del alto tribunal argumentaron que, al no haber un plazo de gracia establecido, el nombramiento debe ser anterior al día en que el magistrado alcance los 75 años, de lo contrario, no habría límite temporal para el nombramiento, lo cual sería absurdo.
Figueroa esperaba obtener un nuevo nombramiento por parte del Senado para renovar su mandato por cinco años, pero la oposición bloqueó esta posibilidad argumentando que es una “jueza kirchnerista” y que su reválida era un objetivo de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, para “garantizar su impunidad”.
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