Opinión- Por Lucía Lepore
Estamos en un mundo donde cada día corre a 1000 km por hora, y tal vez dejamos de ver lo lindo de la vida, del día a día.
Una vez leí, cuando entiendas que no es un día más, sino un día menos…vas a empezar a valorar más la vida.
Yo nací en Rosario, pero me crié en un pueblo llamado Santa Teresa que está a 60 km de esta hermosa ciudad.
Y me pasa que muchas personas no aprecian la belleza de la ciudad…corren con el celular, tocan bocina si tienen que esperar 2 minutos el semáforo, si hay cola en un negocio ya están quejándose…y la vida les pasa y vuela…
Me ha pasado de ver madres con el coche y sus bebés, y estar más atentas a un mensaje de texto.
Uno que no vive todos los días ahí se da cuenta de la velocidad en que viven y muchas veces no vemos que con poco podemos ayudar al otro. Cuando saludo con buenos días, me miran raro…si ayudo a una persona no vidente a cruzar la calle, te miran raro…cuando dejás buena propina en un bar, te miran raro… y si convidas algo a alguien pidiendo en la calle, te miran raro…como así también si acaricias un pichi en la calle.
Quien no ha pasado por alguna situación límite tal vez no lo entienda…pero si estas leyendo esto y te saqué una pequeña sonrisa al leer algún ejemplo, no dejes de hacerlo.
Cada persona puede estar batallando la peor de sus batallas y un “hola, ¿cómo estás?”, o “gracias por tu atención”, puede cambiarle el día.
Seamos más empáticos y más amables con el otro. El universo te lo agradecerá.
GRACIAS. GRACIAS. GRACIAS. Lucía Lepore
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