Adriana Moralez declaró en el juicio por las muertes en Neonatal Córdoba, descartó hipótesis médicas y apuntó a una mano asesina.
Adriana Moralez, excoordinadora del Comité de Vigilancia y Mortalidad Materna Infantil del Hospital Materno Neonatal de Córdoba, declaró este miércoles en el juicio. Imputada por omisión de deberes de funcionario público y encubrimiento doblemente calificado, Moralez respondió preguntas clave y expresó su firme convicción: “No tengo dudas de que hubo una mano asesina. Necesito saber quién mató a esos niños”.
La médica, especialista en Obstetricia y Tocoginecología, describió cómo las investigaciones descartaron hipótesis como efectos adversos de la vacunación contra Covid-19, administración de vitamina K y picaduras de insectos. Según señaló, las víctimas eran recién nacidos a término, con buen control médico y sin complicaciones previas. Moralez también vinculó estos casos con los nombres de Gino, Isabella, Francisco y Benjamín, entre otros, que podrían haber sido víctimas de un patrón sistemático.
La profesional trabajó en Neonatología desde la fundación del hospital en 1998 hasta su imputación. Calificó el caso como “una bomba que estalló” y denunció sentirse abandonada por el Ministerio de Salud, que inició un sumario interno contra ella sin brindarle apoyo. Reveló que debió recurrir a medicación para enfrentar la situación.
Moralez también rechazó las acusaciones de la defensa de Brenda Agüero, quien señaló la falta de limpieza como causa de los fallecimientos. “El hospital Materno Neonatal era una institución excelente, dedicada al cuidado de las madres y los bebés. No había mugre, experimentos ni tráfico de órganos”, subrayó. Así, el testimonio de Moralez es clave para arrojar luz sobre uno de los casos más oscuros en la historia reciente del sistema de salud cordobés.
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