Llega el calor, sube la humedad y vuelven a surgir las advertencias para cuidarse del dengue. En este marco, Mendoza liberó 10.000 mosquitos rojos para combatirlos. ¿Por qué no hay que matarlos?
Con la llegada del calor y el incremento de la humedad, las advertencias sobre el dengue se intensifican. Recientemente, en Guaymallén, Mendoza, se llevó a cabo una innovadora prueba: liberaron 10.000 mosquitos rojos genéticamente modificados. El objetivo de frenar la propagación de esta enfermedad.
El Aedes aegypti, el mosquito responsable de la transmisión del dengue, comienza a proliferar con mayor fuerza en octubre. Ante la amenaza de un nuevo brote, se decidió introducir estos ejemplares alterados en el ecosistema. Las autoridades hicieron un llamado a la población para que no los maten, con razones importantes detrás de esta recomendación.
Mosquitos rojos para combatir el dengue: ¿por qué hay que eliminarlos?
Estos mosquitos rojos no son los típicos que solemos encontrar. Su modificación genética les permite no ser portadores de enfermedades. Por lo tanto, a pesar de su función en la lucha contra la expansión del dengue, es crucial que no sean exterminados. La intervención biotecnológica que les dio origen busca interrumpir el ciclo reproductivo de los mosquitos que sí transmiten la enfermedad. Esta técnica se desarrolló en respuesta a un aumento significativo de casos de dengue que había generado preocupación en meses anteriores.
La modificación genética implementada asegura que, al aparearse con hembras, su descendencia no logra sobrevivir. De esta manera, se espera que la población de mosquitos transmisores del dengue disminuya, reduciendo el riesgo de contagio en la población.
Este enfoque se enmarca dentro de una estrategia conocida como autocontrol biológico, que promueve el manejo de plagas sin recurrir a insecticidas perjudiciales para el medio ambiente.
La liberación de los 10.000 ejemplares llevada a cabo por el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (ISCAMEN) ya está siendo evaluada en otros países como Brasil, México y Estados Unidos, donde se realizan investigaciones para confirmar su efectividad en la batalla contra el dengue.
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