La protesta de jubilados frente al Congreso volvió a terminar en represión, con heridos, un detenido y fuerte presencia policial.
Las fuerzas federales reprimieron nuevamente la movilización de jubilados frente al Congreso y aplicaron con rigidez el protocolo antipiquetes. A pesar del duelo nacional por la muerte del papa Francisco, que postergó el debate legislativo sobre los haberes previsionales, los manifestantes decidieron sostener su reclamo. Se agruparon como cada miércoles y, una vez más, enfrentaron un operativo policial que incluyó el uso de gas pimienta y al menos un detenido.
La tensión creció cuando la Policía Federal impidió la interrupción del tránsito en la calle Rivadavia, donde también se habían sumado movimientos sociales. Los efectivos, con apoyo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, desplazaron a los manifestantes hacia la vereda y luego los arrinconaron contra el edificio anexo de Diputados. La protesta a los jubilados dejó un saldo de varios heridos, todos asistidos en el lugar por personal médico.
La situación previsional de los adultos mayores sigue siendo crítica. La jubilación mínima actual es de $285.820, mientras que la Pensión Universal para el Adulto Mayor alcanza los $228.656. La Pensión No Contributiva apenas llega a $200.074. A esta realidad se suma el vencimiento, en marzo, de la moratoria previsional que beneficiaba a quienes habían alcanzado la edad jubilatoria sin reunir los 35 años de aportes requeridos.
Los reclamos se centran en la insuficiencia de los haberes para cubrir necesidades básicas. Uno de los manifestantes expresó su indignación por la indiferencia estatal, tras haber cumplido con sus años de aporte. También cuestionó el despliegue policial desproporcionado. “Hay más agentes que jubilados”, dijo. Criticó además el rechazo hacia los jóvenes que se solidarizan con la causa.
Comentarios