El Gobierno mantiene la confidencialidad sobre su vínculo con Estados Unidos y solo contempla pedir ayuda si el ingreso de dólares se frena.

El Gobierno argentino evita dar detalles sobre sus conversaciones con Estados Unidos. Asegura que las cláusulas de confidencialidad impiden hablar más allá de lo que publica Washington. Esta política también se aplicó al acuerdo con el FMI y al encuentro entre Milei y Trump en febrero.
El oficialismo valoró las declaraciones del secretario del Tesoro, Scott Bessent, sobre el Fondo de Estabilización Cambiaria. Sin embargo, aclara que no piensa usar ese mecanismo en el corto plazo. Solo considera activarlo si bajan los ingresos por soja o si Brasil enfrenta una recesión.
La Casa Rosada niega que el acceso al fondo implique cancelar el swap con China. Renovaron ese acuerdo por US$5000 millones y planean mantenerlo por ahora. Aseguran que solo lo darían de baja si reciben un respaldo similar desde la Reserva Federal.
En otro frente, avanzan las gestiones para bajar aranceles con Estados Unidos. Utilizan como base el Acuerdo sobre Comercio e Inversiones (TIFA). Las tratativas comenzaron en abril con una reunión entre el canciller Gerardo Werthein y el secretario de Comercio norteamericano, Howard Lutnick. Aún no cumplieron con todas las condiciones para cerrar un acuerdo.
Milei prepara un viaje a Washington en mayo. Busca reunirse con el presidente Donald Trump y profundizar la alianza política. Su objetivo es formar una liga de naciones conservadoras con gobiernos afines. El plan incluye a Israel, Italia, Hungría, El Salvador y Ecuador.
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