El argentino Horacio Zeballos, en dupla con el español Granollers, vencieron 6-0, 6-7 y 7-5 a los británicos Salisbury y Skupski en la final de Roland Garros.

Una página dorada se escribió este sábado en el tenis argentino. Horacio Zeballos, en dupla con el español Marcel Granollers, se consagró campeón del cuadro de dobles masculino en Roland Garros, tras imponerse en una reñida final a los británicos Joe Salisbury y Neal Skupski con parciales de 6-0, 6-7 (5) y 7-5.
Este triunfo marca el primer título de Grand Slam para el marplatense de 39 años, quien logró romper una larga espera con una conquista de enorme valor deportivo. Además, Zeballos se convirtió en el primer argentino en alzarse con el trofeo de dobles masculino en el mítico torneo parisino.
El encuentro comenzó con un dominio absoluto del binomio hispano-argentino. Zeballos y Granollers desplegaron un tenis ofensivo y sin fisuras, cerrando el primer set con un categórico 6-0, ante una dupla británica completamente desbordada.
Sin embargo, el trámite se emparejó en el segundo set. Salisbury y Skupski elevaron su nivel, y aunque no lograron quebrar el servicio rival, supieron imponerse en el tie-break, igualando el marcador global y llevando la definición a un tercer set.
El último parcial fue de altísima tensión. Cada punto se disputó con intensidad, y las emociones estuvieron a flor de piel, especialmente del lado de Granollers, que por momentos mostró signos de presión. Fue allí cuando Zeballos tomó las riendas del juego, mostrando templanza y experiencia para sostener al equipo en los momentos críticos.
El primer Grand Slam para el argentina
Cuando todo parecía dirigirse a un nuevo desempate, la dupla logró una valiosa ruptura del saque rival que les permitió cerrar el partido por 7-5. La victoria desató una celebración cargada de emoción y significado, especialmente para Zeballos, que hasta ahora había caído en sus tres anteriores finales de Grand Slam (dos en Wimbledon y una en el Abierto de Estados Unidos).
Con este logro, Horacio Zeballos no solo conquista su primer “grande”, sino que también deja una huella imborrable en la historia del tenis argentino.
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