Elon Musk ha anunciado que la compañía SpaceX tiene previsto realizar el primer vuelo de prueba del Starship y el cohete Super Heavy totalmente integrados este lunes 17 de abril desde la Starbase de Texas.
El Starship es el cohete más grande y potente jamás construido y tiene como objetivo llevar a los humanos a Marte por primera vez. La nave espacial de seis motores abarca 50 metros de altura y podría cargar hasta 250 toneladas y acomodar a 100 personas en un viaje a Marte. El propulsor Super Heavy, un cohete gigantesco que alberga 33 motores, dará la primera explosión de energía en el despegue y se espera que se separe de la nave espacial Starship menos de tres minutos después del despegue.
El vuelo inaugural de prueba dará casi una vuelta completa al planeta y terminará con un amerizaje en Hawaii. Si tiene éxito, viajará unos 240 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, a altitudes que se consideran el espacio exterior. El lanzamiento del Starship es un evento crucial para el futuro de SpaceX como empresa y también sustenta las ambiciones del gobierno de Estados Unidos para la exploración humana.
Los técnicos de SpaceX desistieron del despegue del Starship, de 120 metros de longitud y que tenía una ventana de 150 minutos desde las 8 (hora central de EEUU, 13 GMT) para salir, con lo que, temporalmente, quedó aplazada la prueba de alcanzar velocidades orbitales y rebasar los 240 kilómetros sobre la superficie terrestre.
Los técnicos detallaron que el motivo de la avería es que una válvula presurizante parece estar congelada, lo que retrasa temporalmente la que iba a ser la primera prueba del cohete diseñado para llevar personas a la Luna y Marte.
Cuando la cuenta regresiva marcaba 10 minutos para el despegue, Elon Musk anunció el problema técnico.
El éxito o fracaso final de Starship es inmensamente importante y SpaceX ha establecido durante mucho tiempo su voluntad de aceptar percances, errores y explosiones con el fin de refinar el diseño de su nave espacial. En el período previo al primer lanzamiento del cohete Falcon Heavy de la compañía en 2018, que ostentaba el título de cohete más poderoso antes de que el SLS de la NASA despegara el año pasado, Elon Musk previó solo una probabilidad de éxito de 50-50.
En cuanto a los desafíos técnicos que presenta el lanzamiento del Starship, el cohete es más grande y pesado que cualquier otro cohete jamás construido, lo que significa que se necesita un gran empuje para sacarlo del suelo. Las pruebas de Starship hasta la fecha han demostrado que es un vehículo muy complejo y difícil de controlar, lo que significa que hay muchas posibilidades de que algo salga mal durante el vuelo inaugural,
En cuanto a las posibles soluciones para estos desafíos técnicos, SpaceX ha estado trabajando en el desarrollo del Starship durante años, por lo que han tenido tiempo para realizar pruebas y mejoras. Además, SpaceX ha establecido su voluntad de aceptar errores y explosiones como parte del proceso de refinamiento del diseño de su nave espacial. Otras posibles soluciones podrían incluir el uso de simulaciones y modelos para predecir y corregir problemas antes del lanzamiento, así como la realización de pruebas exhaustivas en tierra antes del vuelo inaugural.
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