Un informe revela que la capacidad industrial está al nivel de la pandemia y el PBI per cápita cayó a niveles de 2006
La economía argentina atraviesa una profunda recesión que impacta en la demanda interna y retrotrajo el Producto Bruto Interno (PBI) per cápita a niveles de 2006. Según un reciente informe del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social Pablo Barousse (GERES), el PBI general se redujo a cifras de 2010. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) reflejó una contracción del 2,9% entre enero y mayo de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior. Excluyendo el sector agropecuario, que experimentó un crecimiento interanual del 47,1%, el EMAE se desplomó un 5,9%.
Sectores a la baja
El informe de GERES detalla que el crecimiento del agro responde a la recuperación tras la sequía de 2023, mientras que sectores como la construcción (-21,2%), la industria (-14,2%) y el comercio (-10,1%) se encuentran entre los más afectados en este contexto recesivo. En mayo, el EMAE mostró un aumento interanual del 2,3%, pero sin contar el agro, la actividad económica sin este sector disminuyó un 5,4%.
Consumo y demanda
En el primer trimestre del año, el consumo privado cayó un 6,7%, el consumo público un 5% y la inversión en formación bruta de capital fijo un 23,4% en términos interanuales. En contraste, las exportaciones de bienes y servicios aumentaron un 26,1%, mientras que las importaciones disminuyeron un 20,1%. La producción industrial registró una baja del 14,8% en mayo y acumuló un descenso del 15,2% en los primeros cinco meses del año en comparación con 2023.
Sectores industriales más afectados
El desplome industrial es generalizado. Destacan las caídas en los sectores de otros equipos, aparatos e instrumentos (-34,8%), muebles y otros (-33,3%), maquinaria y equipo (-31,2%), y productos minerales no metálicos (-27,9%). La industria siderúrgica también sufrió una caída del 34,2%. Por su parte, el sector de alimentos y bebidas, menos elástico debido a la demanda de productos de primera necesidad, disminuyó un 7,7%.
La construcción es el sector más golpeado, afectado tanto por la paralización de la obra pública como por el contexto económico general. Entre enero y mayo, el indicador sintético de actividad de la construcción (ISAC) se desplomó un 32,2% en comparación con el mismo período del año anterior.
La caída del poder adquisitivo de salarios, jubilaciones y otros ingresos golpea el consumo masivo. Las ventas en comercios minoristas disminuyeron un 17,2% interanual en el primer semestre del año.
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