La suspensión de los aumentos previstos para el mes de julio busca aliviar la presión sobre el poder adquisitivo de los hogares en medio de la crisis económica.
El Gobierno suspendió los aumentos previstos en las tarifas de luz y gas para el mes de julio. Además, no se aplicará el ajuste del 115% en el impuesto a los combustibles, que estaba programado para el mismo periodo.
La decisión se tomó en consideración del mayor consumo estacional propio de esta época del año. La medida afecta a los consumos hogareños. Dependiendo de la fecha de facturación, la mayoría de los usuarios notará la diferencia en sus facturas de agosto.
Los cambios
A principios de junio, el Gobierno ya había modificado los topes de consumo máximos subsidiados y las bonificaciones sobre los precios mayoristas de energía eléctrica y gas natural. Estos cambios afectan a los usuarios de ingresos bajos (N2) y medios (N3). Forman parte de un proceso de transición hacia un sistema de subsidios más focalizado, tal como se establece en el decreto N°465/24.
Este nuevo esquema permitirá a los usuarios conocer el costo real del kW de energía eléctrica y del m³ de gas natural, uniforme para todos, y determinará la asistencia estatal según la capacidad de pago de cada hogar. La ayuda gubernamental continuará hasta un límite de consumo definido, proporcionando una bonificación que alivia las tarifas.
Con esta medida, el Gobierno intenta contener la escalada de precios y aliviar el bolsillo de los argentinos, que enfrentan una pérdida significativa de su poder adquisitivo en medio de una economía en recesión con alta inflación.
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