Dos episodios de violencia vial dejaron heridos y terminaron con conductores detenidos tras graves maniobras al volante.
Dos episodios recientes de violencia vial reavivaron el debate sobre la seguridad y la responsabilidad al volante en contextos urbanos. El primero ocurrió en Florencio Varela, donde una protesta por la falta de electricidad terminó con dos personas heridas.
Un automovilista encontró bloqueado el tránsito, aceleró y embistió a los manifestantes. Uno se sujetó de la puerta y otro quedó sobre el capó. Un video registró el hecho durante la noche. Afortunadamente, los manifestantes sufrieron heridas leves. La UFI N.º 5 intervino junto con la Policía local y detuvieron al conductor.
Por otro lado, el segundo caso tuvo lugar en Córdoba capital. Un chofer que trabajaba mediante una aplicación de viajes evitó un control vehicular atropellando a un agente policial. El efectivo quedó sobre el capó y recorrió seis cuadras en esa posición.
Dentro del vehículo viajaban varios pasajeros, incluida una niña de cuatro años. Las autoridades, luego de localizar al conductor, Iván Daniel Flores, en un barrio privado, lo detuvieron. Además, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) solicitó suspender su licencia y exigió que se sometiera a exámenes que confirmen su aptitud para conducir.
En ambos casos, los conductores optaron por maniobras extremas para evadir situaciones de control o protesta, lo que evidencia una alarmante falta de respeto por la vida ajena. Asimismo, los fiscales actuaron con rapidez y ampliaron las imputaciones. Las medidas incluyeron detenciones, sanciones administrativas y controles adicionales.
En consecuencia, estas situaciones incrementan la preocupación social por la violencia ejercida por los conductores y cuestionan la efectividad del sistema actual para prevenir actos violentos en la vía pública.
Comentarios