El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió sobre la grave situación económica del país y realizó una proyección de la inflación. Sin embargo, anticipa una leve recuperación en la segunda mitad del año.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que la economía argentina se contraerá un 3,5% este año, y que la inflación alcanzará el 140% anual en diciembre. La previsión fue divulgada en el más reciente informe del organismo, publicado este lunes.
En su reporte, el FMI ajustó a la baja su proyección de crecimiento para Argentina. Prevé que “la producción se contraerá alrededor de un 3,5% en 2024, comparado con el 2,75% estimado anteriormente”. Sin embargo, el organismo también expresó cierto optimismo, señalando que “se espera un cambio de rumbo en la actividad durante la segunda mitad de este año”, gracias a la mejora de los salarios reales, la recuperación de la inversión y la relajación de los obstáculos fiscales.
Punto por punto
El informe destaca que “la actividad y la demanda se contrajeron marcadamente”. También observa “señales tempranas de que algunos sectores podrían estar cerca de tocar fondo”. Entrelos indicadores positivos, menciona una posible estabilización de la economía a partir de julio, mejoras en la confianza del consumidor, un repunte del crédito privado y del consumo de cemento, así como un aumento en la producción agrícola tras la sequía del año pasado.
Respecto a la inflación, el FMI estima que esta disminuirá gradualmente, alcanzando un 140% interanual a finales de 2024. En el mediano plazo, pronostica que descienda conforme la demanda de pesos se recupere desde niveles históricamente bajos.
En cuanto a las reservas, prevé que se mantendrán estables, ya que los términos de intercambio menos favorables serán compensados en gran medida por mayores entradas netas de capital. Además, subrayó que los superávits fiscales y externos sostenidos a mediano plazo, respaldados por políticas estrictas, aumentos de productividad y mejoras estructurales en el balance energético, fortalecerán las reservas y asegurarán el acceso a los mercados internacionales.
Respecto de las políticas monetaria y cambiaria, indicando que estas “evolucionarán para afianzar la desinflación y salvaguardar la acumulación de reservas”. En particular, el Banco Central ajustará las tasas de política monetaria hacia territorio positivo en términos reales, y la política cambiaria se volverá más flexible conforme se relajen las medidas de gestión de flujos de capital.
Finalmente, destacan que aunque la tasa fija de devaluación del 2% mensual contribuyó a anclar la inflación, las autoridades ajustarán la política cambiaria para reflejar mejor los fundamentos económicos y mejorar la cobertura de reservas.
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