Daniel Noboa obtuvo la reelección con una diferencia clara y un respaldo electoral que superó por más de un millón de votos a González.
Daniel Noboa logró la reelección presidencial en Ecuador con una diferencia superior a los diez puntos. Con más del 93 % del escrutinio, obtuvo el 55,83 % de los votos frente al 44,17 % de Luisa González. Desde el inicio del conteo, la tendencia se mantuvo clara, lo que llevó al Consejo Nacional Electoral a considerar irreversible su triunfo.
Gracias Ecuador. 🇪🇨 Llego el momento de sentarnos todos en la mesa. pic.twitter.com/8DSJNc5i4o
— María José Pinto 🇪🇨 Ecuador (@mjpintoec) April 14, 2025
La jornada electoral transcurrió con normalidad y registró una participación cercana al 84 %. Los votantes debían optar entre la continuidad del modelo liderado por Noboa o un giro hacia la izquierda representado por González. En la primera vuelta, ambos candidatos habían quedado en empate técnico, separados por solo 17.000 votos. Esta vez, el mandatario superó por más de un millón de sufragios a su rival.
Pese a los números, González se negó a reconocer la derrota. En una breve aparición pública, expresó dudas sobre la legitimidad del resultado y cuestionó la decisión del electorado. En contraste, Noboa destacó la contundencia del respaldo obtenido. Consideró el resultado como una validación clara de su liderazgo y de las políticas impulsadas durante su gestión.
Analistas políticos ofrecieron distintas explicaciones para la diferencia obtenida. El profesor Santiago Cahuasquí, de la Universidad de los Hemisferios, atribuyó el resultado a la doble condición de Noboa como presidente y candidato. Esa posición le permitió reforzar su figura ante el electorado. Por su parte, el académico Juan Francisco Camino, de la Universidad Tecnológica Equinoccial, señaló las fallas discursivas de González como un factor determinante.
Con esta victoria, Noboa se asegura un mandato de cuatro años al frente del Ejecutivo. Su desafío será consolidar el respaldo recibido y afrontar las demandas de un país marcado por la polarización política y la inseguridad.
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