Una de las diputadas que visitó a Alfredo Astiz y otros condenados de la dictadura aseguró que la excursión al penal fue aprobada por Patricia Bullrich. “Fue todo muy irregular”, confesó.
El escándalo en torno a la visita de diputados de La Libertad Avanza (LLA) a los represores encarcelados en Ezeiza ahora alcanza a figuras del gobierno nacional. Rocío Bonacci, una de las diputadas que participó en la reunión con el exmarino Alfredo Astiz y otros condenados de la dictadura, aseguró que la excursión al penal contaba con la aprobación de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La visita
Bonacci reveló detalles comprometedores sobre cómo se gestó la visita. “Nos abrieron la puerta, entramos, conversamos, y los diputados teníamos todos nuestros teléfonos. Fue todo muy irregular; me sorprendió que no nos revisaran ni los bolsillos ni los teléfonos”, relató. Y añadió: “Esto lo organizó Beltrán Benedit, con ayuda de Guillermo Montenegro, y según unos chats que salieron ayer, todo tenía el visto bueno de Patricia Bullrich”.
La declaración de Bonacci no solo compromete a Bullrich sino que también pone en el centro de la polémica a otros actores del oficialismo. Según trascendió, incluso el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, estaba al tanto de la visita.
En una entrevista radial, Bonacci brindó más detalles sobre lo ocurrido en la cárcel de Ezeiza: “No quería participar, no iba a intercambiar información con los genocidas porque me repugnaba. Estaba descompuesta del estómago. Fueron horas desagradables. En un momento pedí retirarme, pero me dijeron que esperara para salir todos juntos”, cerró.
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