El juez Bailaque enfrenta graves acusaciones por delitos que exponen fallas estructurales en el sistema de Justicia argentino.

Marcelo Bailaque, juez federal de Rosario, enfrenta una grave crisis judicial tras recibir acusaciones por haber cometido delitos durante su desempeño. Aunque el juez de Garantías Eduardo Rodrigues Da Cruz ordenó que lo detuvieran por 90 días, las autoridades no lo arrestarán de inmediato porque mantiene sus fueros. Además, se dispuso la inhibición de sus bienes y la prohibición de salida del país. Las autoridades temen que pueda tomar una decisión drástica ante el avance de la causa.
Restricciones impuestas por la Justicia a Bailaque
El miércoles, el juez Da Cruz impuso varias restricciones a Bailaque, quien fue imputado por irregularidades en al menos tres causas judiciales bajo su responsabilidad. La decisión se tomó ante el riesgo de que, en libertad, pudiera entorpecer las investigaciones en curso.
Entre las medidas dictadas figuran la prisión preventiva por tres meses, la inhibición de bienes por un valor cercano a 1.500 millones de pesos y el congelamiento de sus cuentas bancarias, salvo la que recibe su sueldo. También se le prohibió salir del país sin autorización judicial.
A pesar de estas disposiciones, la ley 25.320 impide que las autoridades lo detengan mientras conserve su inmunidad parlamentaria. Por eso, el juez notificó al Consejo de la Magistratura, que ahora debe decidir si avanza con su suspensión.
Acusaciones graves y antecedentes comprometedores de Bailaque
Las denuncias contra Bailaque fueron impulsadas por fiscales especializados en crimen organizado y delitos económicos. Lo acusan de maniobras irregulares con fondos de una cooperativa portuaria, omisiones en causas de narcotráfico relacionadas con el condenado Esteban Alvarado y del armado de un expediente para extorsionar a un empresario local.
Durante la audiencia, Bailaque negó cualquier vínculo con el narcotráfico y defendió sus decisiones procesales como legítimas y basadas en derecho. También rechazó haber participado en reuniones destinadas a planear causas judiciales con fines extorsivos. Admitió, sin embargo, que solía reunirse con colegas —incluidos jueces de renombre— para hablar de fútbol y su fanatismo por Newell’s Old Boys.
La defensa intentó desvincular esas reuniones del empresario involucrado en el caso, aunque reconoció que había contacto social. Este dato, sumado al congelamiento de sus bienes y las sospechas sobre su estado anímico, refuerza el temor de que pueda fugarse o atentar contra su vida.
Riesgo de interferencia en la investigación
El juez Da Cruz consideró que la situación es delicada. En su opinión, la gravedad de los hechos y el cargo de Bailaque como autoridad judicial le otorgan poder e influencia dentro del sistema. Según argumentó, el magistrado podría presionar o condicionar a testigos clave que aún forman parte del Poder Judicial.
Impacto institucional y posible precedente
El caso de Marcelo Bailaque impacta de lleno en el sistema judicial argentino. No solo por la gravedad de las imputaciones, sino también porque pone a prueba los mecanismos institucionales para juzgar a magistrados con fueros.
Ahora, el Consejo de la Magistratura tiene en sus manos la decisión de avanzar con la suspensión de Bailaque. Si le retiran los fueros, se activaría de forma efectiva la prisión preventiva. Además, se sentaría un precedente importante en la lucha contra la corrupción dentro del Poder Judicial.
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