Se cumplen diez años de la muerte del empresario y mediático que revolucionó la televisión con sus extravagantes formas.
Hace diez años falleció Ricardo Fort, el mediático multimillonario heredero de la compañía Felfort, el imperio chocolatero nacional. Querido y odiado por partes iguales, el empresario no pasó desapercibido para nadie. Desde su irrupción en los medios se convirtió en una bandera de la frivolidad irónica y de la ostentación.
Hijo de Marta y Carlos Fort, no fue hasta la muerte de su padre que Ricardo decidió cumplir su sueño. Quería hacerse famoso y dejar atrás el mandato familiar de continuar ligado a su empresa.
Comenzó a cobrar notoriedad al invertir grandes sumas de dinero en programas que le dieran un espacio. Así fue que tuvo sus primeras apariciones como mediático de apellido famoso en 2009 de la mano de Marcelo Tinelli.
Tres años después y a fuerza de un meteórico ascenso bajo los reflectores, tuvo la oportunidad de ser el centro de atención al participar del reality “Bailando por un Sueño”, que le dió toda la exposición que buscaba.
Con peleas, enfrentamientos y puestas en escena por supuestos romances, Fort se había convertido en un ícono. En las redes sociales de la época, su figura comenzaba a cristalizarse en un meme viviente.
Los rumores de su sexualidad también ocuparon largas horas en debates de programas de chimentos y hasta algunas de sus novias salieron a decir muy sueltas de cuerpo que las relaciones eran fingidas y estaban contratadas por el chocolatero para mantener una apariencia.
Tiempo después Ricardo Fort incursionó en teatro con las obras “Fortuna 1” y “Fortuna 2” y condujo el programa “Fort Night Show” por América TV.
Estando en la cima de su popularidad, comenzaron sus problemas de salud. Fort era adicto a las cirugías estéticas y a pasar muchas horas en el gimnasio manteniendo su figura, lo que le trajo lesiones en su columna vertebral y rodillas. Luego de algunas operaciones, Fort se volvió adicto a la morfina, lo único que le calmaba los dolores.
Esto hizo que el 25 de noviembre de 2013 una hemorragia terminara con su vida. Tenía solo 45 años, muchos años de excesos y de inseguridades solapadas que encontraron refugio, paradójicamente, en la exposición mediática.
Los herederos
Actualmente, sus hijos, Marta y Felipe, concebidos mediante subrogación de vientre en Estados Unidos, son los que mantienen el legado del recordado empresario.