El mundo enfrenta la amenaza inminente de la subsidencia y diversas ciudades podrían hundirse en las profundidades marinas.
Entre las urbes más afectadas por esta problemática se destaca la emblemática Shanghai, la tercera metrópolis más poblada del mundo. En el último siglo su suelo cedió más de tres metros y con una población cercana a las 30 millones de personas, su descenso capta la atención global. Es un inquietante ejemplo de lo que podría venir.
Sin embargo, Shanghai no está sola en la lucha contra las fuerzas que buscan reclamarla. Cerca de la mitad de las áreas urbanas de China experimento un proceso similar. Sufren un hundimiento anual que supera los 3 milímetros, amenazando la vida de más de 270 millones de personas.
Sobre el fenómeno
El fenómeno del hundimiento, conocido como subsidencia, tiene múltiples factores contribuyentes. Además de los procesos naturales como la sedimentación y compactación del suelo, los investigadores señalan la extracción excesiva de agua subterránea como una de las principales causas. El rápido agotamiento de los acuíferos está dejando a las ciudades sin su soporte subterráneo, provocando que el suelo se hunda a un ritmo alarmante.
Además, el peso de los colosales edificios que adornan las urbes también contribuye a esta situación, ejerciendo una presión adicional sobre el suelo y acelerando su hundimiento.
Pero este no es solo un problema que afecta a China. Incluso las grandes ciudades de Estados Unidos están sintiendo el impacto de esta tendencia ominosa. Desde Nueva York hasta Long Island y Norfolk, los centros poblacionales a lo largo de la costa estadounidense están experimentando un “rápido hundimiento” de hasta cinco milímetros por año.
Este preocupante fenómeno ha puesto en alerta a las autoridades. Esto se debe a que la tasa de hundimiento supera el aumento global del nivel del mar, planteando una amenaza significativa para la infraestructura crítica y la seguridad de millones de personas. Desde rutas hasta edificaciones icónicas y servicios públicos vitales, nadie parece estar a salvo de las garras del agua que acecha en las sombras.
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