El Gobierno dio un paso significativo: autorizó la transformación de los clubes en sociedades anónimas y permitió el ingreso de asociaciones civiles y fundaciones como accionistas.
La Inspección General de Justicia emitió una resolución que establece una serie de desregulaciones y flexibilizaciones de trámites, precisando los alcances de dos artículos del Decreto 70/2023 que habilitó las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). El presidente Javier Milei impulsa esta reforma con el argumento de “basta de pobrismo en el fútbol”.
La normativa establece que las asociaciones civiles y fundaciones pueden participar como accionistas en sociedades anónimas. Asimismo, facilita la inscripción de entidades extranjeras para operar en Argentina. Estos cambios forman parte de una estrategia más amplia para modernizar y dinamizar el sector deportivo, permitiendo inversiones privadas y gerenciamientos empresariales en los clubes.
Vale destacar que el Gobierno está en proceso de elaboración de un nuevo decreto que detallará aspectos adicionales de las SAD, incluyendo modificaciones en el régimen de mayorías. Este movimiento hacia las sociedades anónimas busca atraer inversiones significativas en un momento económico desafiante.
No obstante, se enfrenta a una oposición arraigada dentro del propio ámbito futbolístico argentino, que defiende el status quo tradicional. Por su parte, la Asociación del Fútbol Argentina (AFA), encabezada por Claudio Tapia, expresó fuertes reservas y tomó acciones legales para oponerse a estos cambios.
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