Un informe revela que las vacaciones largas afectan el aprendizaje, impactando más a estudiantes vulnerables y ampliando desigualdades.
Un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación reveló que las vacaciones de verano perjudican el aprendizaje, especialmente en estudiantes de sectores vulnerables. Estos alumnos tienen casi dos veces y media menos días de clases que sus pares, lo que amplía las brechas educativas. Según el estudio, las vacaciones generan una pérdida promedio de 47 días de aprendizaje, que llega a 54 días en Lengua y 65 en Matemáticas. Los estudiantes de niveles socioeconómicos bajos son los más afectados, mientras que aquellos con mayores recursos logran mantener o incluso mejorar algunas habilidades.
La duración de las vacaciones también influye en el aprendizaje. En Argentina, los recesos alcanzan un promedio de 71 días, superando el promedio de 63 días en países de la OCDE y los 66 días en América Latina. Dentro del país, las provincias con los recesos más largos son Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero, con 82 días, mientras que CABA, Corrientes y San Juan tienen los más cortos, con 66 días.
El informe propone estrategias para mitigar este impacto, como escuelas de verano, talleres de lectura, modificaciones en el calendario escolar y programas de tutorías. Estas iniciativas, implementadas en distintos países, buscan reducir las pérdidas de aprendizaje y fomentar la equidad educativa.
Educadores como Irene Kit y Natalia Bongiovanni destacan la importancia de diagnosticar las necesidades de los alumnos al inicio del ciclo lectivo y proponen actividades durante las vacaciones para mantener activa la mente de los niños. Por su parte, la docente Adriana González señala que la pérdida de aprendizajes no solo ocurre en verano, sino también en períodos más cortos, como los fines de semana.
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