Más allá de las razones que explican este fenómeno, existen algunas medidas que pueden ayudar a evitar las picaduras de mosquitos.
Un reciente estudio publicado en la revista Cell reveló los factores que determinan por qué algunas personas son más propensas a sufrir picaduras de mosquitos, mientras que otras no parecen ser afectadas, incluso cuando comparten el mismo espacio.
Según los resultados de la investigación, la respuesta podría encontrarse en la composición de la piel de las personas.
Durante varios años, un grupo de investigadores se dedicó a estudiar por qué algunos individuos son más atractivos para los mosquitos, mientras que a otros parecen no interesarles. Según explicaron en su artículo, la creencia popular de que el tipo de sangre es el factor determinante resulta contradictoria cuando se tienen en cuenta los datos experimentales. Lo mismo ocurre con el supuesto efecto repelente del ajo como remedio casero.
Sin embargo, se ha descubierto que una persona puede volverse más atractiva para los mosquitos en ciertos contextos, como durante el embarazo, la infección del parásito de la malaria o el consumo de cerveza. Los autores del estudio, en busca de nuevas explicaciones, analizaron el comportamiento de los insectos y probaron su atracción por el olor de la piel humana a lo largo de varios años.
Conclusiones del estudio
Las conclusiones arrojaron una respuesta científica para aquellos que sienten ser “imanes para los mosquitos”. Resulta que estas personas producen una mayor cantidad de ciertos compuestos químicos llamados ácidos carboxílicos en su sudor. Los sujetos de estudio mostraron niveles significativamente más altos de tres ácidos carboxílicos en particular: pentadecanoico, heptadecanoico y nonadecanoico.
Además, los investigadores aclararon que la combinación específica de estos y otros ácidos carboxílicos varía entre las personas que resultan especialmente atractivas para los mosquitos. Por lo tanto, puede haber más de una forma en que una persona atraiga a estos insectos. Por otro lado, el estudio sugiere que las personas que rara vez sufren picaduras no emiten compuestos repelentes, sino que carecen de las sustancias que resultan atractivas para los mosquitos.
El contexto en el que se encuentran los individuos marca una diferencia significativa: si una persona se encuentra sola en un entorno altamente infestado de mosquitos, recibirá numerosas picaduras sin importar su nivel de atractivo en general, ya que representa la única opción de alimentación para los mosquitos. Las preferencias de los mosquitos, por lo tanto, son más relevantes en entornos grupales.