El término “brainrot” fue inventado por los mismos internautas y se refiere a la dependencia de las redes sociales o aplicaciones móviles.
Está muy en boga en el último tiempo el empleo, principalmente entre los jóvenes, del término “brainrot”. El mismo se utiliza para hacer referencia a la dependencia a las redes sociales e internet. Si bien la palabra no obedece a una definición médica, muchos suelen utilizarla con sarcasmo y hasta con orgullo para reconocerse “víctima” de la situación.
Usualmente una persona que sufre de “brainrot” está consciente de ello, pero hay otra cara de la moneda. Las consecuencias patológicas de esto o incluso la connotación psicológica detrás del uso desmedido de internet.
Diversos estudios indican que los contenidos de bajo valor, principalmente en la plataforma Tik Tok, hicieron que miles de usuarios lleven a la vida real dialectos o situaciones extraídas de dicha red social.
“Una de las maneras más fáciles de saber si el cerebro de alguien ha sido destruido por las redes sociales es notar con qué frecuencia esa persona hace referencia a la jerga de internet”, dijo el influencer Joel Cave, curiosamente, también en Tik Tok.
“Brainrot” significa “cerebro podrido” y es una derivación de la frase en inglés “broken brain” o “cerebro roto”. Hace alusión a aquellos que han pasado tanto tiempo en redes sociales o videojuegos en línea que han perdido la noción y la división entre el mundo digital y el físico.
El límite entre la tendencia y la salud
Varias áreas de investigación incluso van más allá y tratan de abordar la problemática con tratamiento en centros asistenciales. También investigaciones aseguran que el brainrot es una forma voluntaria de “anestesiarse” de la realidad.
Por ejemplo, el pediatra Michael Rich, fundador del Laboratorio de Bienestar Digital del Hospital Infantil de Boston, considera que el brainrot no es tanto una adicción a internet sino un mecanismo de defensa para personas que podrían tener otros trastornos subyacentes.
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