En Brasil, más de veinte productos básicos están más baratos que en Argentina. Cuestan la mitad y se debe a la devaluación que sufrió el real (27,35%) frente al dólar en 2024.
Durante 2024, el real brasileño sufrió una devaluación del 27,35% frente al dólar, la más pronunciada desde la pandemia. Este fenómeno no solo impactó en la economía brasileña, sino que también generó un efecto dominó que posicionó al país vecino como un destino “barato” para los turistas argentinos en la temporada de verano 2025.
Un relevamiento evidenció que la canasta básica de productos en Brasil es un 48,86% más barata en dólares que en Argentina. Esta diferencia responde a múltiples factores, entre ellos, el salto cambiario del real, la capacidad industrial del gigante sudamericano y una carga tributaria más baja en comparación con la de Argentina.
De la comparación de 22 productos de una canasta básica en supermercados de ambos países, utilizando un tipo de cambio de 6,14 reales por dólar en Brasil y el dólar turista a $1.365,65 en Argentina, resultó que productos esenciales como el jabón en polvo y el desodorante son hasta un 87,62% y 81,16% más caros en dólares en Argentina, respectivamente.
En lo que respecta a alimentos, las diferencias también son notorias. Por ejemplo, el pollo es un 70,32% más caro en Argentina, mientras que productos como la harina de trigo apenas muestran una mínima ventaja de precio en el mercado argentino.
Brasil, más barato
El liderazgo de Brasil como exportador de alimentos también juega un rol clave en la formación de precios. En 2023, el país alcanzó un récord en exportaciones agropecuarias con ingresos por u$s82.804 millones, cifra que se espera superar en 2024 con un estimado de u$s92.000 millones.
Por otro lado, la menor carga impositiva en alimentos básicos -con un ICMS promedio del 12%- ofrece un alivio para los consumidores en Brasil, en contraste con el 21% de IVA aplicado en productos similares en Argentina.
En este marco, la apreciación del peso argentino frente a la depreciación del real presenta un doble desafío para el gobierno de Javier Milei. Por un lado, contener la fuga de divisas por turismo al exterior y por el otro, enfrentar las asimetrías competitivas que afectan tanto al comercio local como a las exportaciones.
Mientras Brasil capitaliza su competitividad, Argentina enfrenta un terreno complejo en el que mantener el equilibrio entre un dólar competitivo y la estabilidad inflacionaria se torna una tarea prioritaria.
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