El ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, ha expresado su preocupación sobre el impacto económico de las tasas de interés elevadas, mientras que el jefe del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, ha insistido en la preocupación por la inflación.
Haddad ha advertido que la falta de integración de las políticas monetaria y fiscal del país crearía “muchas dificultades” para cubrir las necesidades de la economía brasileña y que la economía podría desacelerarse por razones relacionadas con la política monetaria, lo que afectaría a los ingresos tributarios y podría generar problemas fiscales. Por otro lado, Campos Neto ha afirmado que la ralentización del crédito está en línea con las expectativas y que la inflación a corto plazo ha disminuido lentamente, mientras que la inflación subyacente sigue siendo elevada.
El Gobierno izquierdista del presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha presionado para que se reduzcan los costos de endeudamiento con el fin de impulsar el crecimiento económico, mientras que el Banco Central ha mantenido su tasa de interés de referencia en un máximo de seis años del 13,75% desde septiembre, señalando que no hay margen para poner en marcha una relajación monetaria. Haddad ha destacado que el Gobierno ha tomado decisiones difíciles para garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas, pero subrayó que armonizar las políticas es “absolutamente esencial.
El comité que fija las tasas de interés del banco central se reunirá entre el 2 y el 3 de mayo. Haddad ha expresado su recelo ante el impacto económico de unas tasas de interés elevadas, de cara a la próxima decisión de política monetaria de Brasil. Por otro lado, Campos Neto ha reforzado la necesidad de persistir en el control de la inflación, argumentando que “no se puede alcanzar la estabilidad social con una inflación descontrolada”.
Comentarios