En Argentina, cuatro de cada diez empresas sufrieron ciberataques en el último año. Los sectores financiero, de salud y gubernamental encabezan la lista de los más vulnerables.
Las cifras de ciberataques en Argentina son preocupantes. Según un reciente informe de Global Cybersecurity Outlook, cuatro de cada diez empresas nacionales fueron víctimas en el último año. Este notable incremento ha encendido las alarmas entre expertos en seguridad informática y líderes empresariales.
Aunque ninguna industria es inmune, ciertos sectores son más susceptibles a estos ataques. Entre los más afectados se encuentran la industria financiera, el sector de la salud y los organismos gubernamentales.
Frente a esta realidad, combatir los ciberataques se convierte en una prioridad estratégica para cualquier empresa u organización gubernamental. Pero, ¿cómo se pueden prevenir estas amenazas? La clave para enfrentar los ciberataques radica en identificar las amenazas. En Argentina, las principales vulnerabilidades de seguridad se deben a:
- Malware: software malicioso que se instala en dispositivos sin el consentimiento del usuario para robar información, dañar sistemas o extorsionar a las víctimas.
- Ransomware: un tipo de malware que bloquea el acceso a los sistemas informáticos de la víctima y exige el pago de un rescate para liberarlos.
- Ataques de denegación de servicio (DDoS): inundaciones de tráfico a un sitio web o servicio en línea con el objetivo de sobrecargarlo y hacerlo inaccesible.
- Phishing: engaños en línea que buscan obtener información personal o financiera de los usuarios a través de correos electrónicos, sitios web o mensajes falsos que imitan la identidad de entidades confiables.
Las consecuencias de un ciberataque para una empresa pueden ser devastadoras, tanto a nivel financiero como reputacional. El robo de información sensible, la interrupción de operaciones y el pago de rescates pueden generar grandes pérdidas económicas. Además, un ciberataque puede dañar gravemente la imagen de una compañía, provocando la pérdida de clientes y socios comerciales.
A esto se suma el hecho de que el robo o la destrucción de datos sensibles puede impactar significativamente en las operaciones y afectar la confianza de los usuarios. Las empresas también pueden enfrentar sanciones legales y regulatorias por no proteger adecuadamente los datos de sus clientes.
Cómo prepararse para un ciberataque
Existen diversas medidas que las empresas pueden tomar para prevenir ciberataques y proteger su información:
- Implementar una política de seguridad informática sólida: definir los procedimientos y controles para proteger los sistemas informáticos de la empresa.
- Capacitar a los empleados en ciberseguridad: los trabajadores deben reconocer y evitar amenazas de seguridad informática, como phishing y malware.
- Instalar software de seguridad actualizado: antivirus, anti-malware y firewall son esenciales para proteger los sistemas de las últimas amenazas. Además, es importante mantener los sistemas y programas actualizados, ya que las nuevas versiones corrigen vulnerabilidades.
- Realizar copias de seguridad de los datos: permiten restaurar los datos en caso de un ciberataque.
Un sistema inmunológico digital total (SIDT) va más allá de las soluciones tradicionales de seguridad, como antivirus y firewalls. Se trata de un enfoque holístico que integra diversos elementos para crear una defensa robusta y adaptable contra las ciberamenazas en constante evolución, por ejemplo:
- Observabilidad: análisis continuo e inteligente de todo el panorama de IT para anticipar problemas y garantizar que ningún desperfecto altere la experiencia del usuario.
- Autorremediación: desarrollo de capacidades de monitoreo sensibles al contexto y funciones de remediación automatizadas, de forma que, ante un problema en una aplicación, el sistema encuentre la manera de resolverlo.
- Testing potenciado por la inteligencia artificial (IA): complementa la automatización de pruebas y habilita software de calidad aun sin intervención humana.
- Ingeniería del caos: pruebas experimentales para descubrir vulnerabilidades en sistemas complejos, primero en entornos de preproducción y luego en operación real.
- Ingeniería de fiabilidad del sitio: conjunto de principios y prácticas que se centran en la gestión de servicios para garantizar la mejor experiencia del usuario, haciendo análisis de riesgos automáticos y considerando si es mejor mayor velocidad o mejor estabilidad ante una demanda puntual.
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