Además, la OMS advirtió sobre el impacto del cambio climático en la salud mental de los jóvenes, quienes se encuentran preocupados por un futuro incierto
La directora de Salud Mental y Consumo de Sustancias de la OMS, Dévora Kestel, hizo mención el miércoles pasado al incremento del 25% en la prevalencia de depresión y ansiedad a nivel mundial debido a la pandemia de Covid-19.
Además, advirtió sobre el impacto del cambio climático en la salud mental de los jóvenes, quienes se encuentran preocupados por un futuro incierto. Estas declaraciones fueron realizadas previo a su participación en la 5° Cumbre Mundial de Salud Mental (GMHS) en Buenos Aires.
La GMHS se llevará a cabo en el Centro Cultural Kirchner (CCK) con el propósito de dar continuidad a las cumbres previas celebradas en Roma (2022), París (2021), Ámsterdam (2019) y Londres (2018).
“Nuestro Presidente, Alberto Fernández, definió a la salud mental y a los consumos problemáticos como un tema prioritario en salud pública, con la convicción de que no hay salud sin salud mental y que no hay salud mental sin justicia social, sin perspectiva de derechos humanos y de género”, dijo la ministra de Salud, Carla Vizzotti, en Roma, durante la postulación de Buenos Aires como sede.
Bajo el lema “Salud Mental en todas las políticas”
Bajo el lema “Salud Mental en todas las políticas”, la GMHS 2023 propone presentar una concepción de salud mental que se asuma como componente transversal de todas las políticas públicas, con el objetivo de intervenir respecto de los determinantes sociales que atraviesan a personas y comunidades.
Los procesos de desmanicomialización; los determinantes sociales, económicos y ambientales de la salud mental; el impacto del cambio climático y ambiental en la salud mental; la salud mental y bienestar en los lugares de trabajo, serán algunos de los ejes temáticos de talleres y conferencias.
“La mayor parte de las personas con problemas de salud mental no encuentran respuestas de parte de las autoridades de salud porque hay muy poco presupuesto, muy pocos servicios disponibles”, dijo la funcionaria internacional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como “un estado de bienestar en el que cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”.
“Salud mental, es salud, no enfermedad mental”, subrayó Kestel.
El impacto de la pandemia
Con respecto a la pandemia de Covid-19, explicó que desde la OMS confirmaron “lo que se temía”: que las medidas como “el aislamiento, el miedo, las muertes, los duelos, la escuela en casa o el doble trabajo de las mujeres en la casa, iban a tener un impacto en la salud mental”.
“Según un estudio que hicimos el año pasado, hubo un 25% de aumento de gente con depresión o con ansiedad, sobre todo jóvenes, mujeres y personas de lugares donde el Covid pegó más fuerte”, resaltó.
Pero no sólo la pandemia tuvo impacto sobre los jóvenes, también lo tiene el cambio climático, sobre todo las implicaciones en la salud mental “cuando hablamos de inundaciones, terremotos o migraciones”, advirtió.
El cambio climático genera en muchos jóvenes lo que en Europa se denomina “ecoansiedad”, que significa la preocupación por un “futuro incierto”. Ante la “ecoansiedad”, la especialista sostuvo que hay que “parar el cambio climático para limitar el daño” y no preguntarnos “qué hacemos con los jóvenes ansiosos”
En Argentina, el 25 de noviembre de 2010, fue aprobada la Ley Nº 26.657 que supuso un cambio de paradigma en materia de salud mental en concordancia con los tratados internacionales y las exigencias de la OMS, en la medida en que implica pasar de un modelo “hospital céntrico”, tutelar y de aislamiento, a otro basado en la atención en hospitales generales y una red integrada de dispositivos intermedios de base comunitaria (casas de medio camino y de convivencia, centros y hospitales de día, talleres y emprendimientos sociolaborales), la autonomía con apoyos y la inclusión social.
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