Newell’s sigue demostrando un muy bajo nivel y no logra salir de la chatura general que el equipo padece desde hace tiempo.
Lo mejor que le puede pasar a Newell’s es que termine ya el año. Al menos eso es lo que piensa gran parte de su hinchada después de ver el encuentro de este sábado ante Sarmiento de Junín. Es que el modesto equipo bonaerense vino con la misión de llevarse algo de Rosario y lo logró.
La lepra volvió a ser ese compendio de apatía y falta de ideas que fue durante los últimos meses y esto exaspera a la gente. El interinato de Ricardo Lunari, confirmado hasta fin de año, parecía haber cambiado un poco la cara a fuerza de resultados. Pero todo volvió a foja cero.
Los cambios que antes parecían tener algo de criterio, esta vez no dieron resultados y la derrota ante Godoy Cruz de la semana pasada puso en jaque esta idea de mechar juveniles en un contexto complicado.
Newell’s sigue siendo un manojo de errores, individualidades que destacan a cuentagotas y carencia futbolística alarmante. Este partido fue una prueba de ello. Tal es así que la defensa cometió un grave error en el minuto 21 y el paraguayo Salcedo dejó corto un despeje, retrocedió mal para defender y el chileno Iván Morales puso el 1-0 con un lindo “globo” por encima de Macagno.
Por suerte el rojinegro reaccionó a tiempo y a fuerza de una jugada individual del juvenil Mateo Silvetti, probablemente el mejor del local, llegó al empate. El volante encaró desde la izquierda hacia el centro, se perfiló y metió un derechazo inatajable para el arquero Acosta a los 29.
Parecía que empezaba otro partido, pero no. El resto del primer tiempo se fue en una medianía que resultó incómoda de ver. La falta de empuje se hacía notar en los murmullos desde las tribunas.
En el segundo tiempo Newell’s podía torcer la historia ante un humilde rival que no mostraba jerarquía ni muchas intenciones de arriesgar por algo más. Sin embargo, la lepra cayó en su propia confusión y en la nebulosa que le impide crecer, como a lo largo de todo este año.
Lunari mandó a Jaime, Acuña, Chiaverano y Juárez esperando que sus ansias por mostrarse terminen en algún gol salvador, pero la monotonía general contagió a los pibes y el encuentro se esfumó en la nada misma.
El 1-1 terminó siendo más negocio para Sarmiento mientras que la lepra suma otro signo menos en el boletín de calificaciones.
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