El autor de “La insoportable levedad del ser” falleció en París, donde se había exiliado en 1970. Tenía 94 años.
El novelista de orígen checo Milan Kundera murió en la capital francesa, a los 94 años. Así lo comunicó este miércoles la emisora Radio Praga. El escritor, que desde la década de 1970 residía en Francia se hizo famoso a nivel mundial por su obra “La insoportable levedad del ser”.
“Lamentablemente puedo confirmar que Milan Kundera falleció ayer, tras una prolongada enfermedad”, informó la vocera de la biblioteca que lleva su mismo nombre en la ciudad natal del artista, Brno. Milan Kundera fue el literato checo más popular desde Franz Kafka, pero al margen de dicho clamor, tuvo una compleja relación con su país, a tal punto de escribir en francés y negarse a revisar las transcripciones al checo de sus escritos.
El escritor nació en Brno en una familia de intelectuales. Su padre Ludvík Kundera era un aclamado pianista en Europa. Se instruyó en Praga como guionista y luego brindó clases de Literatura Mundial y Estructura Novelista en la Facultad para el Cine y la Televisión.
Siendo un gran prosista, poeta, dramaturgo y ensayista, recién comenzó a ser conocido en los años 60 como autor teatral. Se consagró como novelista con sus obras “La broma” y “El libro de los amores ridículos”.
Durante la “Primavera de Praga”, en 1968, se erigió como uno de los símbolos de la oposición cultural al régimen comunista, hecho que le valió su expulsión del Partido Comunista y la censura.
Su libro “La broma”, una crítica sátira política del comunismo estalinista, le dio reconocimiento, pero también significó el veto gubernamental como artista. Kundera decidió exiliarse en Francia en 1975 y desde allí publicó en checo sus obras más aclamadas: “El libro de la risa y el olvido”, “La inmortalidad” y “La insoportable levedad del ser”. Esta última, una obra que marcó a muchas generaciones con sus profundas reflexiones sobre el amor y el retorno, fue su mayor éxito comercial.
En 1979 el régimen checoslovaco le quitó su ciudadanía y en 1981 obtuvo su status de ciudadano francés. Recién en el 2019 Milan aceptó de nuevo un pasaporte checo cuando las autoridades de su país le ofrecieron disculpas por el trato que recibió por parte del régimen comunista.
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