Luciano Nocelli: “Estoy volviendo a vivir”

Luciano Nocelli, el policía que había sido condenado por el homicidio de dos personas en un intento de robo, y que recuperó la libertad tras un fallo favorable de la Corte Suprema, en diálogo con un medio de comunicación contó como vive ahora sus días.

El suboficial fue condenado por un caso de homicidio, pero la Corte provincial falló a su favor. Tras pasar más de cinco años en prisión, Nocelli habla de su experiencia, su lucha y el respaldo recibido
Nocelli había sido condenado a 25 años de prisión por el homicidio de dos jóvenes en un tiroteo ocurrido en 2018, recuperó su libertad tras un fallo favorable de la Corte provincial.

El caso había causado conmoción en la sociedad, ya que el uniformado actuó en defensa de su compañero y de la vida de una víctima en un enfrentamiento con delincuentes. A días de salir de prisión, Nocelli expresó su emoción y gratitud, pero también remarcó el sufrimiento que vivió durante todo este tiempo.

“Estoy muy feliz y abrumado porque estoy volviendo a vivir. Yo salí de mi casa, le di un beso a mi hijo, a mi esposa, y nunca imaginé que pasaría por todo esto. Me quitaron todo: mi vida, mi libertad, mi futuro. Ahora, después de tantos años, estoy regresando, y estoy muy agradecido con el gobernador, con el ministro y con todos los que me ayudaron en esta lucha. No es solo por mí, es por toda la policía de la provincia y por la sociedad”, afirmó Nocelli.

El hecho que cambió su vida

El caso que llevó a Nocelli a la cárcel se remonta a la noche del 27 de Febrero de 2018, cuando, junto a su compañero Hugo Leone, patrullaban la zona de 27 de Febrero y Buenos Aires, en Rosario. Allí, los dos agentes intervinieron en un robo armado cometido por Adrián Rosasco y su pareja Daiana Gramajo. Tras un intercambio de disparos, Leone fue herido y Nocelli, al ver a su compañero caído, disparó contra la pareja de delincuentes, cayendo ambos heridos, para luego fallecer.

La Cámara Penal de Santa Fe ratificó inicialmente la condena de Nocelli a 25 años de prisión por homicidio agravado.

Sin embargo, la defensa del policía presentó un recurso de inconstitucionalidad, que la Corte provincial finalmente aceptó. Este tribunal entendió que no valoraron adecuadamente la secuencia de los hechos y que debían reconsiderar la intervención de Nocelli en su intento de proteger a su compañero y a la sociedad.

El hecho tuvo lugar en un momento en el que la provincia era liderada por un gobernador poco presente y un ministro de seguridad que no hacía más que agredir verbalmente a la policía y a los ciudadanos. Arengando a Fiscales como Adrián Spelta a encarcelar a policías por cumplir su deber, en este caso, justamente Spelta se encontraba de turno.

Los jueces Carlos Leiva, Mariano Aliau y Román Lanzón dictaron la condena de Nocelli a 25 años de prisión por homicidio agravado un lunes al mediodía, en el prime time central de todos los medios locales, lo que los convirtió en falsos héroes.

El fallo

Cabe resaltar que Spelta, había pedido la pena de prisión perpetua para Nocelli, como autor de un doble homicidio cometido en abuso de la función policial. Los jueces no encontraron fundado ese encuadre. Pero advirtieron que el accionar de Nocelli, sobre el final de la secuencia, no estuvo abarcado por la legítima defensa. Lo condenaron por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego a la pena más alta que prevé esta figura.

Cinco años y medio después, la Corte Suprema, anuló el fallo y ahora comienza un nuevo proceso, en el que Nocelli podrá transitarlo en libertad y que seguramente arrojará que fue en defensa propia y regresará a la fuerza.

“Fui castigado por hacer mi trabajo”

“Lamentablemente, en ese momento, parecía que el policía siempre era culpable, el policía siempre era el malo. Pero nosotros, los policías, salimos a la calle para proteger a la gente. Yo fui castigado solo por hacer mi trabajo, por cumplir con mi deber”, declaró Nocelli, visiblemente emocionado.

A pesar de la condena, Nocelli sigue comprometido con su vocación de servicio. Si bien la fuerza policial aún no lo ha reincorporado, él expresó su deseo de volver a ser policía. “El uniforme está impreso en el corazón, es algo que uno lleva dentro. No es solo un trabajo, es una vocación. Y yo lo llevo en el alma”, afirmó.

“La sociedad necesita a la policía, y la policía necesita a la sociedad. Esto tiene que cambiar, no solo por mí, sino por todos mis compañeros. Los cambios que se vienen son importantes, porque, al final del día, todos buscamos lo mismo: vivir en un lugar más seguro”, concluyó el suboficial.

Algunos sectores de la población siguen insistiendo en el abuso de la fuerza, en el gatillo fácil, pero si Gramajo y Rosasco, no hubiesen infringido la ley en dos oportunidades, primero por cometer un robo calificado y segundo escapando de la policía, hoy seguramente estarían con vida.

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