El congelamiento de las dietas venció y los senadores tendrán un aumento desde mayo. La mayoría cobrará al menos $9 millones en bruto, aunque algunos rechazan la suba.
En enero de 2024, Victoria Villarruel firmó una resolución que suspendió la actualización automática de las dietas de los senadores. Esta medida caducó recientemente, dejando la decisión en manos de los bloques, tal como se había anticipado. A partir de mayo, 71 de los 72 senadores recibirán una base mínima de $9 millones brutos. Sin embargo, los bloques han mostrado poco interés en revisar la situación, a pesar de la cercanía de la próxima liquidación de haberes, que suele ocurrir entre el 15 y el 20 de cada mes.
Solo tres senadores han insistido en mantener el congelamiento: José María Carambia, Natalia Gadano y Luis Juez. Juez, con una postura crítica hacia el Ejecutivo, ha generado divisiones dentro de su propio bloque. Si los legisladores no logran un acuerdo en el recinto, la decisión quedará en nada. Mientras tanto, otros senadores, como Anabel Fernández Sagasti, propusieron donar o sortear parte de sus dietas, lo que afectó la unidad en torno a la suba.
La cuestión comenzó cuando el Congreso, al inicio de la gestión libertaria, implementó una suba similar a la de la administración central. Aunque se había aprobado un sistema de dietas compuesto por 2.500 módulos, el freno a las subidas continuó bajo el mandato de Villarruel. A partir de mayo de 2024, los senadores recibirán más de $7 millones brutos, a excepción de Alicia Kirchner, quien optó por mantener su jubilación.
El tema de las dietas ha sido un foco de controversia, sobre todo luego del aumento a los empleados legislativos. La presión aumentó al final del 2024, cuando algunos senadores pidieron a Villarruel que tomara una decisión. La situación refleja un problema mayor: el financiamiento de la política, un tema aún pendiente de discusión seria.
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