Las primeras señales no necesariamente están relacionadas con el Alzheimer, sin embargo, es fundamental poder identificarlas para comenzar el tratamiento lo más pronto posible.
La enfermedad del Alzheimer afecta a más de 800.000 personas en España. Aun así, más de un 43% de los españoles no sabe reconocer los primeros síntomas del Alzheimer, según un estudio reciente realizado por Sanitas.
Las primeras señales del trastorno suelen pasar desapercibidas tanto por el paciente como por su entorno personal y familiar debido al desconocimiento de la enfermedad o a la confusión de los síntomas con los de otras enfermedades.
El Alzheimer es la principal causa de demencia en el mundo y provoca un deterioro gradual en la memoria, el pensamiento, el comportamiento, las habilidades sociales y, por último, la capacidad de funcionamiento del paciente.
Expertos prevén que esta patología tenga mayor prevalencia en las próximas décadas, pero también señalan que el diagnóstico precoz es fundamental para mejorar la calidad de vida de la persona afectada y retrasar la enfermedad lo máximo posible.
¿Cuáles son los primeros síntomas del Alzheimer?
Según la Fundación Alzheimer España, los síntomas más frecuentes en las etapas iniciales de la enfermedad son los siguientes:
- Pérdida de memoria, sobre todo con el olvido de fechas, de encargos, etc. de hechos recientes.
- Repetición frecuente de preguntas a pesar de recibir respuestas.
- Colocación de cosas en lugares equívocos o el olvido de dónde ha dejado sus cosas.
- Dificultad para recordar el nombre de objetos usuales.
- Pérdida del sentido de la orientación con respecto al tiempo y o al lugar.
- Dificultades a realizar gestos simples o manejar objetos familiares como, por ejemplo, no poder abrir la puerta con la llave o manejar el cambio de marchas del coche.
- Pérdida de interés y de motivación para las actividades que antes se disfrutaba.
- Dificultades para realizar tareas fáciles.
- Cambios bruscos en el humor.
Las posibilidades de tratamiento del Alzheimer
El Alzheimer no tiene cura debido a la falta de conocimiento sobre sus causas principales. Los medicamentos utilizados para tratar esta enfermedad solo alivian los síntomas y no pueden curarla por completo, aunque pueden ayudar a retrasar la pérdida de funciones cognitivas.
Aunque la edad es un factor de riesgo, el Alzheimer no es simplemente una consecuencia del envejecimiento. El envejecimiento del cerebro, junto con la genética, la salud, el entorno y el estilo de vida, pueden contribuir al desarrollo de esta enfermedad.