Las muestras del intrigante asteroide Bennu llegarán a la Tierra y serán examinadas en un observatorio que dirigen jesuitas.
Son numerosas las ocasiones en las que ambas disciplinas han colaborado en beneficio de todos. La vinculación entre la NASA y el Vaticano es algo que ocurre en más de una ocasión.
Bennu es el nombre de uno de los asteroides más peligrosos para la Tierra, debido a su diámetro de 500 metros. En 2018, la NASA pudo recolectar muestras de este asteroide gracias a la sonda OSIRIS-REx.
Si se evalúa el riesgo que representa, la probabilidad de impacto con nuestro planeta es de una entre 2.700. Sin embargo, en caso de que esto suceda, ninguno de nosotros estará vivo para presenciarlo, ya que ocurriría entre los años 2176 y 2199.
La razón por la cual la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio necesita la ayuda del Vaticano es mucho más simple de lo que parece. Se trata del impresionante observatorio que la Iglesia Católica posee, creado en 1891 con la misión de “investigar la astronomía y divulgar públicamente para avanzar en la comprensión científica de nuestro universo”.
Este observatorio cuenta con más de 1.000 muestras de asteroides, por lo que no es sorprendente que la NASA esté interesada en utilizar su ayuda para estudiar los datos de Bennu.
¿Qué pasaría si el asteroide Bennu choca contra la Tierra?
Se clasifica como “uno de los asteroides más amenazantes” que se conocen en la actualidad. No obstante, es importante destacar que la probabilidad de colisión es mínima: 1 entre 2.700, en el periodo comprendido entre los años 2175 y 2199, según las estimaciones de la NASA.