Según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA). Preocupa la sostenibilidad del sistema previsional del país.
Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) revela que el poder adquisitivo de las jubilaciones en Argentina alcanzó su punto más bajo desde la crisis económica del 2002. La inflación descontrolada y la falta de una actualización adecuada están impulsando esta caída en el poder de compra de los jubilados, planteando desafíos significativos para el sistema previsional.
Según IDESA, la jubilación mínima en febrero de 2024 será inferior al valor real registrado durante la crisis del 2002. Esta tendencia a la baja refleja un deterioro persistente en el poder adquisitivo de los jubilados, exacerbado por la inflación mensual que supera el 20 por ciento.
En números
El informe destaca que el gobierno nacional logró un superávit fiscal en enero, en gran parte gracias a la reducción real del gasto en jubilaciones y pensiones. Sin embargo, esta estrategia de ajuste basada en la disminución del valor real de las jubilaciones plantea serios desafíos, incluida una mayor presión sobre el sistema judicial y tensiones políticas.
“Por un mayor retroceso en los gastos, básicamente vinculados con las prestaciones sociales, que la caída que sufrió la recaudación, durante enero la Administración Nacional registró un superávit financiero 77,2% real superior al obtenido en el mismo mes del año anterior”, afirmaron desde la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
Preocupación en el sector
IDESA advierte que la estrategia de licuar las jubilaciones no solo es regresiva y genera tensiones sociales, sino que también aumenta las demandas judiciales contra la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES). La justicia previsional históricamente rechaza la reducción del valor real de las jubilaciones, por lo que se pone en duda la sostenibilidad de esta política.